La afición se reconcilió el domingo con el equipo

El divorcio entre seguidores y futbolistas estaba siendo el gran problema de la Unión en las últimas jornadas. Que el equipo no haya ganado en el estadio Helmántico desde diciembre no es una casualidad. Ni a los jugadores les gustaban los reproches de la grada ni a los aficionados el juego que presenciaban.

Frente a la Real Sociedad todo cambió. El Salamanca se marchó ovacionado del campo y la masiva llegada de guipuzcoanos despertó a los seguidores charros, que acudieron en un número cercano a los 7.000. Jugar en un ambiente así es un lujo para jugadores como Ander Murillo, que fue vitoreado: "Todo lo que sirva de refuerzo es positivo y hace que la confianza sea mayor. Es un privilegio jugar en un ambiente así y resulta muy bonito".

También el actual entrenador unionista, Sito, espera que esto se repita: "Ha acompañado el entorno y la gente. A partir de ahora, el tiempo va a ser mejor y espero que los salmantinos se animen y que se enganchen más aficionados a partir de nuestro juego en el estadio".

Ambientazo. Despotovic, incluso, hacía referencia a los aficionados de la Real Sociedad que estuvieron en el Helmántico el domingo: "Es una pena no haberlos podido callar con un gol. Nuestra afición se lo merecía y nosotros, también". Otros jugadores del equipo, como Toti, reconocían que en algunos momentos escuchó improperios de los seguidores donostiarras y que estaría muy bien hacer del Helmántico un campo con voces unionistas. Parece que se está en el camino tras la entrega que demostró una afición que recibió al equipo con globos y bufandas blanquinegras y que lo despidió entre palmas cuando se producía el saludo desde el centro del campo.

Ahora, con este empujón de la afición, es el equipo el que tiene que dar el do de pecho y ganar, de nuevo, en El Helmántico. La última vez que los charros ganaron en su estadio fue contra el Albacete, en el mes de diciembre. Para la próxima oportunidad habrá que esperar a la visita del Numancia.