Reyes y Agüero conectan al Atlético

Las remodelaciones en el once titular del Atlético de Madrid surgieron efecto y Quique por fin sumó su primer triunfo liguero en el banquillo del Atlético de Madrid en un partido completo de los rojiblancos donde la buena actuación de Agüero y de Reyes, que se tuvo que marchar lesionado en el segundo acto, fueron las claves ante un inofensivo Espanyol que apenas inquietó la meta defendida por Sergio Asenjo.

Ganar o ganar. Esa era la única consigna del equipo rojiblanco ante un Espanyol jugón pero fallón. Para ello, el Atlético debía repescar a sus atacantes y mostrar seriedad en defensa para ganar por segunda vez en el Vicente Calderón en lo que va de campaña porque los pericos visitaban el Manzanares con la caña preparada por si Tamudo y compañía podían pescar algo en unas aguas que llevan revueltas desde la primera jornada de Liga.

Prueba de las turbulencias es la media entrada que presentaba el feudo rojiblanco en una pelea que empezó como la noche madrileña, fría. Un codazo de Reyes, que salió por la derecha y Simao en la izquierda, dejó KO a David García y tuvo que salir del campo con collarín a los dos minutos de juego. Afortunadamente, el lateral volvió a ingresar y el Atlético cogió la batuta, buscando las bandas y los cambios de ritmo de Agüero. Del argentino floreció la primera oportunidad local cuando se atrevió a penetrar por la derecha pero Chica estuvo atento para cortar un balón dirigido a Reyes.

Se veía viveza en el juego del Atlético y dos minutos después fue Simao el que probó fortuna con un lanzamiento al borde del área pero el disparo se fue alto. El Espanyol mantenía el tipo como podía pero los rojiblancos estrujaban a su rival según pasaban los minutos. Se hilvanaban buenas jugadas desde los costados y el gol parecía llamar a la puerta. Kun caía bien a las bandas y Reyes conectaba con él siempre.

El Atlético estaba vivo, se apreciaban pulsaciones en el enfermo y el gol tenía que llegar porque el equipo perico parecía estar visitando al herido. Tras un gran pase de Jurado al Kun, con gran salida de Kameni, y otra combinación entre Agüero y Reyes, el premio del gol llegó a un Vicente Calderón sediento de fútbol. Y lo hizo tras una gran combinación entre los enchufados. Reyes y Agüero se inventaron una pared para que el delantero argentino dejara en bandeja el gol a Forlán a los 25 minutos de juego. Mejor imposible. Agüero se estaba comiendo el campo, Reyes ya estaba hermanado cien por cien con la afición atlética y el charrúa levantaba de nuevo la cabeza.

El tanto hirió todavía más a un Espanyol plano que no conseguía conectar nunca con Tamudo. De vez en cuando se veía algún toque de calidad de Nakamura pero poquito más. Aún así, hoy en día, el Atlético de Madrid no está para hacer mucha sangre y tras una media hora trabajada y apelando a la garra, los de Quique Sánchez Flores prefirieron administrar su ventaja de ahí al final del primer acto.

El descanso debía servir para volver a hinchar al Atlético y repasar capítulos anteriores como el del Mallorca donde la tacañería tuvo un alto precio. Por su parte, Pochettino apostó por la entrada de Coro y Pillud en el lugar de Callejón y David García, renqueante por el golpe de Reyes, y fortificó la medular centrando a Nakamura junto a Moisés y Verdú. La recopilación de centrocampistas no daba sus frutos y otra conexión Reyes-Agüero fue la antesala de un carrusel de saques de esquina que finalmente tuvo recompensa. En el cuarto de todos, Reyes se encontró un balón al borde del área pero Nakamura le frenó con una patada que le sacó en camilla.

Agüero se abona a las faltas

Mientras el utrerano era atendido en la banda, Simao y Agüero se disputaban el lanzamiento. El experto sobre el papel es el luso pero la falta que el argentino clavó al Chelsea en Champions pesó lo suyo. Y cada vez va a tener mayor peso porque el Kun volvió a aprovechar su oportunidad y ejecutó por bajo a Kameni.

Partido encarrilado pero es imposible que todo sean buenas noticias en el Atlético. Hoy llegó en forma de lesión. Y es que el tobillo de José Antonio Reyes no aguantó la tarascada del japonés y tuvo que ser sustituido en el 68 por Maxi. Eso sí, el ex del Real Madrid se llevó su mayor ovación desde que viste la camiseta del Atlético de Madrid.

Los últimos minutos sirvieron para ver a Roncaglia desquiciado sobre el césped del Calderón y finalmente el ex de Boca tuvo el premio de la tarjeta roja. Parte de ese enfado afloró por culpa del Kun. Su compatriota se movió por donde quiso durante el partido y tras su expulsión, el delantero rojiblanco volvió a devolver el dinero de la entrada. Empujó la falta botada por Simao para seguir participando en la goleada y todavía tuvo fuerzas para recorrerse el campo en el minuto 89 para regalar el gol a su compañero de selección Maxi Rodríguez.

Triunfo balsámico para el Atlético de Madrid que abandona la zona baja de la tabla y cosecha el segundo triunfo de la temporada gracias a la conexión entre Reyes y Agüero.