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LIGA DE CAMPEONES | RANGERS 1 - UNIREA 4

El Unirea golea y presenta su candidatura a la clasificación

El modesto Unirea Urziceni goleó en Glasgow con suficiencia y autoridad al Rangers y presenta en firme su candidatura a clasificarse para los octavos de final con una exhibición de buen fútbol y oficio.

<b>Sorpresa</b>. El Unirea ha dado la campanada en Ibrox Park.
Sorpresa. El Unirea ha dado la campanada en Ibrox Park.AP

Los locales parecieron encarrilar pronto el partido. En el minuto dos, después de un córner centrado por Rothen, el portugués Mendes chutó flojo y bombeado desde el vértice del área, pero su disparo golpeó en un defensa y superó por alto a un Tudor demasiado adelantado. El Unirea reaccionó con entereza, y a base de toque y paciencia logró acorralar a los escoceses. Pero el buen sentido del mediocampo rumano no se traducía en profundidad, y en el minuto 18 el técnico visitante, Dan Petrescu, decidió sustituir al medio de contención Nicu por el más ofensivo Onofras.

Poco después, Bilasco bajó con la cabeza un buen centro desde la banda derecha del ataque rumano, dejando solo dentro del área a Balan, que con todo a favor erró un disparo que parecía sencillo. El dominio del Unirea se estaba volviendo absoluto. El Rangers no salía de su propia mitad de terreno, y debía conformarse con despejar balones y ordenarse rápidamente a la espera de otro intento coherente de los balcánicos. La clara superioridad visitante comenzaba inquietar a los aficionados de Ibrox Park, pero las oportunidades para el Unirea no acababan de llegar, y un par de salidas en tromba de los locales llevaron la locura al partido.

Una rápida combinación británica acabó con el buen centro por el suelo de Papac, al que no llegó ningún delantero. Respondió enseguida el Unirea, y sólo la rapidez del central McCulloch evitó que preciso pase largo desde el medio campo dejara solo a Bilasco ante el portero McGregor. En el minuto 32 los rumanos hicieron valer su mejor juego, y un centro raso perfecto de Brandán desde la izquierda después de un buen pase en profundidad permitió a Bilasco rematar a puerta vacía desde muy cerca.

El Rangers volvió a despertar con el gol. Con las armas clásicas del fútbol británico consiguió llevar el juego cerca de la puerta del Unirea, pero no logró crear grandes ocasiones hasta que el árbitro decretó penalti por una mano de Bruno Fernandes. Davis lanzó correcto con la diestra a su lado izquierdo, pero la estirada excepcional del veterano Daniel Tudor consiguió evitar el gol. El partido perdió de nuevo toda coherencia. Los dos equipos llegaban con facilidad al área rival utilizando sus armas, pero el marcador no se movió hasta el descanso.

A los pocos minutos de la reanudación, un chut perfecto de Bilasco desde cerca del área obligó a McGregor a emplearse a fondo para enviar el balón a córner. Los rumanos sacaron desde la esquina en corto, y el centro a media altura de Apostol fue rematado de tacón -de espaldas, escorado y desde doce metros de la portería- por el central guineano Bruno Fernandes, que acalló con su golazo a la tribuna protestante.

Con ventaja en el marcador, el Unirea cedió el balón a un Rangers que no sabía qué hacer con él y lo acababa regalando enseguida. Los rumanos lo aprovechaban para seguir saliendo al ataque con fluidez, mientras los locales iban desquiciándose poco a poco ante la seguridad defensiva del Unirea. Una falta desde el costado izquierda lanzada por Tibi Balan fue rematada en propia puerta con la cabeza por el defensa McCulloch, que batió por tercera vez a McGregor.

Cinco minutos más tarde, un potente disparo de Brandán de falta desde fuera del área fue desviado nuevamente por un defensa sorprendió al guardameta del Rangers. Con el partido sentenciado, los espectadores pasaron de los silbidos a abandonar el estadio en silencio. Con su histórico primer triunfo en la competición en el bolsillo, y hasta unos minutos de la basura en los que pudo ampliar su ventaja, el Unirea entregó la pelota y el campo, y los ataques desesperados de los escoceses crearon peligro ante la meta de Tudor pero no alteraron un marcador justo que pone muy cuesta arriba la clasificación para los británicos.