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premier league | Portsmouth 2 - Liverpool 3

Fernando Torres salva los experimentos de Benítez

Fernando Torres se convirtió en el héroe de la noche al cabecear un centro desde la banda que deja al Liverpool lider provisional a falta del partido que jugará mañana el United frente al West Ham. Pese a la sufrida victoria el planteamiento de Benítez dejó más dudas que posibles soluciones a la ausencia de Steven Gerrard

EDUARDO PATIÑO
<b>HÉROE Y LIDERATO.</b> Fernando Torres se erigió en el héroe del Liverpool al salir a falta de quince minutos y anotar el gol de la victoria que deja al Liverpool líder en solitario.
HÉROE Y LIDERATO. Fernando Torres se erigió en el héroe del Liverpool al salir a falta de quince minutos y anotar el gol de la victoria que deja al Liverpool líder en solitario.Reuters

Fernando Torres volvió a ser el salvador del Liverpool, esa luz a la que se agarran los de Benítez cuando las cosas se atascan, ese goleador implacable que les permite seguir soñando con la Premier. El 'Niño' acudió al rescate cuando quedaban quince minutos para la conclusión y con su tercer gol en los dos últimos partidos consiguió darle la vuelta a un encuentro espeso que deja más dudas que posibles recambios a la ausencia del gran capitán Steven Gerrard. Pese a la victoria, el Liverpool volvió a carecer de la imaginación y ritmo que le aportan sus dos motores (Gerrard y Xabi Alonso), y salvó el encuentro in extremis gracias a la movilidad de Kuyt, la inspiración de Torres y la inseguridad de David James.

El Liverpool se presentó en Fratton Park con un revolucionario once titular, más concentrado en minimizar riesgos que de recobrar las buenas sensaciones y acercarse al liderato de la Premier. Consternados tras la lesión de su buque insignia y atemorizados con perder más efectivos de cara a próximas batallas, Benítez decidió reservar a la armada española, cambiando el sistema, reforzando la zaga con dos carrileros y transmitiendo un claro mensaje defensivo. Con hasta seis defensas en sus filas, el técnico madrileño organizó una línea de tres atrás con Carragher, Skrtel y Agger como centrales, flanqueados por Dossena en la izquierda y Arbeloa en la derecha.

Las consecuencias del planteamiento fueron tan claras como previsibles. Pese a gozar de la posesión, el estéril dominio de los reds moría una y otra vez en las inmediaciones del Portsmouth. Mascherano y Fabio Aurelio, más cualificados para destruir que para construir, aportaron en la medular lo que se esperaba de ellos: trabajo, sudor y organización, pero sin aportar la chispa y fluidez necesaria para aprovechar la velocidad de sus delanteros.

El Liverpool, con demasiados jugadores por detrás del balón, llegaba más por empuje y galones que por juego, y las primeras ocasiones del partido llegaron mediada la primera mitad y de la única forma previsible, a base de disparos lejanos. Primero probó suerte Fabio Aurelio con un lejano disparo de falta que se marchó rozando la madera, y después Mascherano con un latigazo desde la frontal que el irregular James acertó a despejar a córner. Por su parte, un timorato Pompey se limitó a aguantar las envestidas de los reds y esperar su momento para sacar partido de algún contragolpe o alguna jugada a balón parado. El pobre bagaje de los locales en el primer tiempo se resume con un inocente lanzamiento del recién llegado Basinas que apenas inquietó a Reina.

Kuyt y Torres revolucionan el partido

Nada más comenzar la segunda mitad Benítez dio entrada al correcaminos Kuyt. La movilidad del holandés apenas tardó cinco minutos en dar sus frutos, cuando un contragolpe suyo, llegó a los pies de Babel, que solo sin portero no acertó a empujar el balón al fondo de las mallas. El Liverpool falló su oportunidad y a la siguiente jugada se cumplió el tópico que dice que quién perdona la paga. Un error de la zaga al tirar el fuera de juego, dejó mano a mano a Nugent que, con mucha tranquilidad, cruzó el balón ante la salida de Reina.

El gol del Portsmouth hizo reaccionar a Benítez, que inmediatamente mandó calentar a Torres y metió a Xabi Alonso en el terreno de juego. Con el donostiarra a los mandos, el Liverpool se vino arriba, adelantó líneas, aumentó la presión y arrinconó al conjunto local en su área. La asfixiante presión de los reds tuvo su recompensa al provocar un libre indirecto tras una cesión a James. Fabio Aurelio tomó la responsabilidad y su potente disparo se coló entre las piernas de la defensa local, devolviendo la igualdad al luminoso. El gol espoleó al Liverpool, que puso toda la carne en el asador con la entrada de Fernando Torres, cuya sola presencia intimidó a los locales, que retrocedieron tres metros y trasladaron su zona de acción a las inmediaciones de James.

Pero la aparición de Torres coincidió con el gol del Pompey, que se adelantó de nuevo con un cabezazo de Hreidarsson que Reina no acertó a despejar. Cuando el guión hacía pensar que el Liverpool se iría de vacío de Fratton Park apareció Fernando Torres para dejar un balón a Kuyt y que éste fusilase a un inseguro James. A falta de dos minutos para la conclusión del partido Torres se erigió en el héroe de la noche al marcar el gol de la victoria con un certero cabezazo que sitúa al Liverpool en lo más alto de la clasificación a expensas de lo que haga mañana el United frente al West Ham. Victoria sufrida de un Liverpool que pese a reservar efectivos se agarró al crack de Fuenlabrada para suplir la baja de Gerrard, aumentar su ventaja sobre el Chelsea y seguir vivo en el sueño por conquistar la Premier.