John Terry y la inercia del Chelsea doblegan a un Roma indolente

Chelsea y Roma justifican medios diferentes para llegar al mismo fin (el triunfo). Los de Scolari, más primitivos, facturan ondanadas de golpes en forma de centros al área, conscientes de que un acierto es medio KO. Además, asfixian al rival con sus pulmones africanos: Obi, Kalou, Malouda... Los de Spalletti revolotean pacientes alrededor del rival esperando colocar su letal jab.

Anoche no cruzaron golpes en el primer asalto. Apenas dos chuts de Lampard replicados por una pincelada de Totti, emperador giallorosso, que ensució Brighi bostezando ante Cech. Dos hombres, dos filosofías: industrial el inglés, artesanal el romano.

El segundo round amaneció tenso al subir el Chelsea el ritmo de boga. Doni ganó protagonismo al tiempo que se adivinaban pasillos en la zaga local. Scolari bajaba la guardia, se intuía el jab... Con el Roma aculado y el Chelsea volcado, decidiría un golpe. ¿Coz de mula o picadura de avispa? Terry lo solucionó de postrero testarazo. El Roma de tanto amagar se fue sin tirar a puerta y el Chelsea atizó una sola vez. Lo necesario.