El osasunista Javier García Portillo, que se estrenó ayer como goleador esta temporada tras marcar en empate a uno ante el Mallorca, confesó en rueda de prensa que "ayer fue uno de los días más felices" desde que es jugador de Osasuna. "Llevaba tiempo esperando este momento. El equipo jugó serio, bien y, lo más importante, supimos reaccionar.

Era un campo difícil y supimos remontar. El resultado al descanso era injusto. Tuvimos dos ocasiones que no entraron y había que seguir intentándolo para empatar. Incluso si el partido hubiese durado más, creo que hubiéramos podido hasta ganar", explicó.

En clave personal, el madrileño aseguró que "con el trabajo llegan los frutos", y ayer le "tocó recogerlos", aunque no da por satisfecho únicamente con eso. "No me conformo con lo que sucedió ayer y espero disfrutar de más minutos, más partidos y más goles. Siempre intento darlo todo; ayer estaba muy concentrado desde la mañana, me sentí cómodo en el campo y al final llegó la guinda del gol", indicó.

También recuerda días malos

Aunque también reconoció haber pasado por momentos no tan dulces. "Ha sido duro. Soy un jugador que le doy muchas vueltas a las cosas. El día de Villarreal fue un palo, pero creo que a base de palos y malos momentos, también aprendes y eres consciente de que tienes que seguir trabajando para que llegue la oportunidad", razonó el de Aranjuez.

"Sólo pienso en ser jugador de Osasuna durante muchos años. Quiero ser importante aquí. El club y el entrenador han depositado en mí su confianza y tengo que devolvérselo. El fútbol cambia de un día para otro y parece que esto está dando la vuelta. Necesito confianza y estoy intentando ganármela", concluyó Portillo.