Real Madrid 4 - Numancia 3
Guti maneja al Madrid
El '14' fue el autor del gol 5.000 del Real Madrid en la Liga y dirigió la remontada de su equipo frente a un Numancia que dejó una gran imagen en el Bernabéu, pero que cometió el error de replegarse y dejar pensar a Guti cuando llevaba la iniciativa en el marcador. El Madrid acabó encerrado en su campo y pitado por su público.
El Real Madrid es feliz en el desorden y la locura, se hace grande cuando domina el descontrol y nada es previsible. Gestiona como nadie estas situaciones, cuando la calidad de sus jugadores acaba con toda táctica y con cualquier intento de que el partido transcurra por un orden lógico. Pasan las temporadas, cambian los rivales y el Madrid sigue escribiendo en líneas torcidas. Una delicia para los espectadores, que disfrutan con estos benditos festivales que se montan en el Santiago Bernabéu, y una pesadilla para los técnicos contrarios, incapaces de contener estas avalanchas de goles.
Se creyeron el Numancia y Sergio Kresic capacitados para conquistar el territorio blanco, pero cuando tenían la iniciativa y el marcador a favor cometieron el error de retrasar sus líneas en exceso, de dejar pensar a Guti, en definitiva, cedieron la iniciativa al Madrid, que con espacios y el control del balón se cree invencible. Que no significa que lo sea. Sin la pelota continúa sufriendo muchísimo. Llegó con demasiada facilidad hasta el área del Numancia y ahí la claridad y el talento de sus futbolistas terminan por imponerse. Al final todo esto puede resumirse en que cuando Guti está inspirado, el Madrid juega. Sin Guti el Madrid es menos equipo. Así ha sido en los últimos años y así parece que va a ser en el presente. Le ayudó durante una hora Van der Vaart, que tuvo tiempo de firmar un buen gol, pero cuando se le acabó la gasolina al holandés y el Numancia volvió a cerrar los espacios a Guti, el Madrid perdió el balón y dejó al descubierto lo que ya se sabe, que éste es un equipo cogido con pinzas y a la menor corriente de aire se resfría.
También es menos el Madrid cuando Casillas no parece insuperable. No está inspirado Iker en este comienzo de temporada y en el tercer gol del Numancia falló de forma clara e inexplicable. Como inexplicable es la fragilidad defensiva del Madrid, un auténtico circo en las acciones a balón parado. Así llegaron los dos goles contra el Deportivo y así nació el primero del Numancia. Balón cruzado desde la izquierda, todos los futbolistas del Madrid miran cómo vuela el balón y un rival remata. Falta de concentración de los futbolistas y mucho trabajo por hacer para su entrenador, Bernd Schuster, el encargado de poner remedio a ese pozo sin fondo de problemas y disgustos. Esa debilidad te impide ser grande en Europa y te hace sufrir en la Liga. Barkero lanzó el córner y Moreno, totalmente solo en el área, marcó de cabeza. Los primeros seis minutos de Liga en el Bernabéu permitieron recordar viejos problemas a los aficionados del Madrid.
Comenzó dejando buenas sensaciones el Numancia, que ocupaba bien los espacios, trataba con educación al balón y no dejaba pensar al Madrid, pero como ya ha quedado apuntado cometió el error de replegarse y dejar la iniciativa a Guti, que dirigió la remontada que él mismo comenzó con un tanto afortunado, el 5.000 del Madrid en Liga. Respondió Barkero con el golazo de la noche, un disparo teledirigido desde el borde del área que acabó en la escuadra de Casillas. No tardó en igualar Higuaín, Van der Vaart firmó el tercero, con un zurdazo que se comió Juan Pablo y Cisma en propia puerta elevó el cuarto del Madrid al marcador.
El trabajo del Madrid parecía hecho, pero cuando se encontró con todo a favor y toda la segunda parte por delante mostró su versión más apática y gris. Pudiera ser desidia, falta de fondo físico o que el Numancia se atrevió a hacer lo que no acabó de llevar a la práctica en el primer tiempo. Recuperó el control del balón, le cerró los espacios al rival y sin la pelota y sin espacios el Madrid vive en una angustia permanente.
Guiado por el bullicioso Britt, el Numancia no se cansó de dejar en evidencia el funcionamiento defensivo del Madrid, del que sólo se salvó Míchel Salgado. Moreno aumentó el nerviosismo local con un gol de falta en el que pudo hacer mucho más Casillas y de ahí al final el dominio del Numancia fue absoluto. La salida de De la Red alivió algo al Madrid, que acabó pitado por un público exigente que espera más de su equipo.