Amistoso | San Rafael 1 - Villarreal 7
Guille Franco y Altidore cogen confianza con goles
El Submarino se dio un festín contra el San Rafael
El Villarreal se dio un festín ayer por la tarde en un encuentro amistoso que sirvió para que los de Manuel Pellegrini sigan cogiendo ritmo de competición y para que futbolistas como Jozy Altidore o Guille Franco dejaran muy claro que tienen el punto de mira afinado. La fiesta homenaje al San Rafael duró un suspiro. A los 58 segundos, el estadounidense Altidore consiguió anotar el primer gol de la tarde en el campo El Arcángel. Fue un preciso pase de Cani que acabó en el fondo de las mallas. La cosa no quedó ahí y antes de que cayera el tercer minuto de encuentro era Guille Franco quien colocaba el 0-2, para acabar de acallar a la animosa afición del norte de la provincia de Castellón. Y es que el Submarino, a pesar de la ausencia de sus internacionales, fue tremendamente superior en todo momento al conjunto local. Antes de que llegase el descanso hubo otros dos goles, sellados de nuevo por Altidore y Guille Franco.
Los aficionados locales se conformaron con ver jugar a un Villarreal, vigente subcampeón de Liga, que se tomó el partido como un ensayo, un entrenamiento. El Submarino amarillo ni agotó el cupo de cambios. Únicamente participaron en la segunda mitad el joven defensa noveldense Kiko Olivas, así como en delantero de Hondarribia, Joseba Llorente, que venía de jugar los 90 minutos en el Reyno de Navarra.
Final de vértigo.
Los goles en los segundos 45 minutos tardaron un poco más en llegar. El animoso Sant Rafael recortó la diferencia por mediación de Enric, pero el último cuarto de hora fue de más intensidad y el Villarreal aprovechó para incrementar su cuenta anotadora. Javi Flos, en propia portería, puso el 1-5. Luego llegó el golazo del 'Caño' Ibagaza prácticamente sin ángulo. La cuenta la cerró el norteamericano Altidore, que redondeaba así su actuación con un hat-trick.
También lo intentaron, pero sin fortuna, tanto el canterano Bruno Soriano como el atacante Llorente, pero ninguno de ellos anduvo fino en los últimos minutos de un partido que se convirtió en una auténtica fiesta y en el que ya no se movió el marcador.