eurocopa 2008 | rusia 0 - españa 3
Sin noticias de la gran Rusia de Hiddink
Rusia no jugó en ningún momento con la clarividencia y la claridad que exhibió ante Holanda. No encontró la forma de frenar el caudal del juego rival como sí hizo ante los de Van Basten, y apenas llegó con peligro, sometido al ritmo de España y sin poder lanzar contragolpes ni lanzar a Arshavin entre líneas. El gol de Xavi descubrió a un equipo sin capacidad de reacción, a merced de su rival hasta que Güiza ejecutó el golpe de gracia. El final del partido fue un suplico para el equipo de Hiddink.
Akinfeyev: El joven portero del CSKA, del que se espera mucho en su país, no exhibió nunca una gran seguridad pero se manejo con acierto en el primer tiempo, especialmente en un remate en el área de Torres y en un tiro lejano de Villa. No pudo hacer nada en el remate a bocajaro de Xavi en el primer gol y aguantó como pudo en los peores minutos de Rusia hasta que la calidad de Güiza le retrató en el gol de la sentencia.
Anyukov: El completo lateral ruso tampoco tuvo su mejor día. Mejor en defensa en el primer tiempo, con el equipo más arropado, y participativo aunque tosco en ataque en los pocos minutos de dominio ofensivo de Rusia.
Berezutsky: Activo en defensa antes de que Rusia se deshiciera en el segundo tiempo, se mostró expeditivo pero sufrió cuando Torres le midió en velocidad.
Ignashevich: Sorprendentemente, menos presencia que su compañero de defensa en el CSKA, se jugó el penalti con Fernando Torres al cuarto de hora de juego. En la segunda parte se hundió junto al resto de sus compañeros en la zaga, impotente ante las llegadas en avalancha y con muchos espacios de los delanteros y los centrocampistas españoles.
Zhirkov: El mejor lateral izquierdo de la Eurocopa no brilló. Tardó casi medio tiempo en sumarse al ataque, y apenas creó peligro. Se temía la lucha en su zona del campo, apoyado por Arshavic, ante Iniesta y Ramos. Sin embargo, perdió casi todas las batallas. En defensa sufrió porque recibió pocas ayudas de sus compañeros.
Semak: Totalemente desaparecido, sin ninguna presencia en el juego, fue uno de los que personificaron la inferioridad de España en la zona central del campo, donde se decidió buena parte de la suerte del partido.
Semshov: Partido gris, ahogado ante el centro del campo de España, no fue un referente en la presión y apenas apareció con el balón en su tarea habitual de servir de enlace entre el la zona de medios y los jugadores de ataque. Poco después del gol de España salió del campo para dejar sitio a Bilyaletdinov.
Saenko: El jugador del Nurenberg se mostró participativo y bullicioso en la banda derecha durante las fases en las que Rusia controló más el balón. Tras el gol de Xavi dejó su sitio en el ataque a Sychev.
Zyryanov: El centrocampista del Zenit fue uno de los mejores de su equipo en el primer tiempo. Duro en la presión, intentó crear juego y entrar en contacto con el balón. Se mereció la tarjeta y, como todo su equipo, asistió impotente en la segunda parte a la exhibición española.
Arshavin: España controló perfectamente a la gran estrella rusa sin dejar que apareciera en ningún momento el jugador de aspecto maradoniano que fulminó a Holanda. Con libertad en el centro del campo, no encontró forma de caer a las bandas ante el planteamiento de España y, muy vigilado, tampoco pudo crear peligro ni darse la vuelta con el balón en la zona de tres cuartos, a la espalda de Senna y por delante de Puyol y Marchena. Su equipo no supo encontrarle y él tampoco supo aydar a que lo hicieran.
Pavlyuchenko: Pagó la falta de presencia ofensiva de Rusia. Desasistido, se movió una vez más por todo el ataque, buscando mucho el juego fuera del área. Suyas fueron, en cualquier caso, las mejores llegadas de Rusia en la primera parte. Creó peligro con una falta directa y, a la media hora, con un gran lanzamiento lejano que buscó la escuadra pero encontró el guante de Casillas.
Bilyaletdinov: Entró en la segunda parte después del gol de Xavi y no pudo aportar nada de su calidad en ataque. Vivió en el campo los mejores minutos de España y el desplome absoluto de su equipo.
Sychev: También entró en el peor momento cuando Hiddink buscó una reacción que nunca amagó siquiera con producirse. Tuvo una ocasión con el partido ya sentenciado, pero tampoco pudo aportar absolutamente nada en una Rusia ya hundida.