El sueño empieza ante una Rusia que disimula

No puedo predecir la postura de Rusia. Es un acertijo, enrrollado en un misterio dentro de un enigma. Aunque quizá haya una clave. Y la clave son los intereses nacionales de Rusia". Lo dijo Winston Churchill y nos vale. Nadie sabe lo que nos espera. Desconocemos las posibilidades de los rusos tanto como las nuestras. Ellos han ganado con brillantez sus dos últimos partidos de preparación (Lituania y Serbia). España los ha ganado y punto (Perú y Estados Unidos). Somos jóvenes (26,42) y ellos lo son más (26,14). Nos declaramos favoritos por estadística y los rusos nos hacen los coros. Esto lo he visto en alguna parte y era una trampa. Replegarse, invitarte a entrar. Luego apagan la luz. Con flechas, mayormente.

Debutamos y decimos que estos partidos son fundamentales aunque nunca lo fueron para nosotros. Nos animamos con la racha de 16 partidos invictos (14 victorias y dos empates) y nos olvidamos del juego. La pelota será nuestra, presumimos, como si el dueño del balón tuviera algo ganado. No lo tiene. Somos meritorios, los chicos de cuartos, y la esperanza más fundada se localiza en 44 años sin conseguir un título. Ya toca. Un buen día lloverá como ocurre en España desde hace mes y medio. También eso parecía imposible.

Nuestro equipo se ha desvelado en los últimos días entre las pruebas y las querencias de Luis. No hay novedades en defensa porque apenas podría haberlas y en el centro del campo el único puesto giratorio lo ocupará Senna, que es obediente y no sube. De cintura para arriba, el joyerío. Lucimos un top-less frondoso y deslumbrante. En ese último tramo somos campeones del mundo sin portería. Es muy lógico que Torres se sienta aturdido después de un año en Inglaterra.

El gol.

Nuestras opciones en el torneo pasarán por culminar el domino con goles, por conectar con el delantero y por recordar la portería. Sergio Ramos debe sorprender entre la espalda de Iniesta y la voluntad de Luis. Xavi tiene que entender que dos toques son compañía y trescientos multitud. A los centrales se les recomienda la sobriedad de la Liga Antialcohólica.

No, no es inviable conquistar un torneo con el planteamiento de tocar y tocar; sólo es improbable. Y resultaría revolucionario. Nadie lo ha logrado desde Brasil en el 70 y las comparaciones resultan estremecedoras.

O también podríamos tropezar y cambiarlo todo de pronto. Hay campeones construidos sobre la marcha, hay soluciones que sólo se descubren entre la espada y la pared. La mejor noticia es estar vivos, la potencia entendida como posibilidad. Cuando falla lo convencional hay que colgarse de lo irracional.

Peligro.

Rusia no se entregará tan fácil. Olvidamos que es un país refundado hace 17 años y ese proceso ha afectado al deporte. Hasta que ha dejado de hacerlo. No es casualidad que los rusos se hayan proclamado campeones de Europa de baloncesto en 2007, 22 años después del triunfo de la URSS. Ni es coincidencia que el Zénit haya ganado la UEFA y que en 2005 lo hiciera el CSKA. Rusia es una potencia que se está reinventando.

Hiddink es otra amenaza porque nos conoce hasta los lunares. Nos eliminó en cuartos del Mundial 2002 cuando entrenaba a Corea. Sabe convencer, por tanto. Y en su mano hay más talento que entonces. Faltan Pogrebnyak y Arshavin, pero luce a Pavlyuchenko, que es un largirucho con tendencia a tener nalgas de banquero. Jugarán con cinco centrocampistas, así que no regalarán el balón.

Hoy comienza nuestra Eurocopa y nuestro sueño. No importa el pasado. Somos otros. Y tenemos más cupones.