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Internacional | Inglaterra

Inglaterra quiere llevarse el Mundial del año 2018

Ya tienen los JJ OO de 2012 y ahora piden otra Copa del Mundo

Actualizado a
<b>&#39;EL CHINO&#39;. </b>Gordon Banks se consagró como el mejor guardameta del Mundial jugado en Inglaterra en 1966. Hizo paradas decisivas.

Inglaterra quiere aprovechar al máximo el tirón de su fútbol, cuyo máximo exponente es la Premier, y aspira a llevarse el Mundial de 2018 cincuenta y dos años después de organizar la Copa del Mundo de 1966, competición en la que resultaron campeones. Así lo confirmó el ministro de Economía inglés, Gordon Brown. "En 2018 habrá pasado medio siglo desde que Inglaterra organizó un Mundial inolvidable y será hora de que éste vuelva al país que ofreció el fútbol al mundo".

La Federación Inglesa de Fútbol (FA) acogió con entusiasmo la propuesta del ministro Brown y por medio de su director, Brian Barwick, dijo que "la solicitud refleja el deseo de los ingleses y el compromiso de Inglaterra con los grandes eventos deportivos".

Desarrollo.

La organización de un Mundial de fútbol requiere esfuerzos económicos, sociales y políticos que están al alcance de los países más desarrollados y mejor preparados. Así lo ha trasmitido la FIFA en los últimos años.

Suráfrica organizará en el verano de 2010 la próxima Copa del Mundo y ya ha recibido avisos de la FIFA por el retraso en la construcción de los nuevos estadios. Brasil, que aspira a organizar el Mundial de 2014, también ha sido requerida para que mejore sus infraestructuras de transporte si quiere tener opciones de llevarse el torneo.

Inglaterra no parece que tenga esos problemas, y más después de que su capital, Londres, fuera elegida para organizar los Juegos Olímpicos de 2012. Ese trabajo le servirá para el Mundial 2018.

El inventor del fútbol ganó la Copa de 1966

Inglaterra consiguió organizar el Mundial de 1966. Era el país anfitrión y no desperdició la oportunidad de coronarse campeón, por primera y única vez, de un deporte que había creado un siglo antes. Los 'pross' tenían un gran equipo, con figuras en todas sus líneas pero además fueron favorecidos por los árbitros en los momentos decisivos. La expulsión del argentino Rattin y la validación del remate de Geoffrey Hurst en la prórroga contra Alemania fueron las decisiones más controvertidas y favorables para Inglaterra. Bajo el impulso de Bobby Charlton, con la magnífica aportación defensiva del capitán Moore, los goles de Hurst y las paradas salvadoras de Banks, el equipo inglés que dirigía Alf Ramsey superó a todos sus rivales con un juego poco espectacular pero muy efectivo. La ventaja ambiental que siempre ha representado actuar como local fue determinante.