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Copa del Rey | Real Madrid 4 - Athletic 0

Caro, a tus pies

El madridismo está de enhorabuena. Robinho recuperó la sonrisa y el olfato de gol, Guti fue el maestro de ceremonias y Soldado se reivindicó con un gol 'a lo Santillana'. 4-0 a los leones sin garras de Clemente en un 2006 intachable.

Robinho ha demostrado que no se le ha olvidado esto de jugar bien al fútbol.

Grande J.R. López Caro saldrá barato. Lo dije, más por un acto de fe que por convicción, tras su debut en Atenas. Me tiene ganado para la causa. Pasado un mes, hay que rendirle pleitesía. Desde el 30 de diciembre, cuatro plazas nobles examinaron su proyecto provisional. Vicente Calderón, San Mamés, El Madrigal y el Bernabéu. Tres victorias (el Memorial Jesús Gil reposa en las inigualables vitrinas de Chamartín) y un meritorio empate ante el submarino amarillo. Seis goles a favor y... ¡sólo uno encajado! Estaba en casa el miércoles quemando adrenalina viendo a Bruce Willis en la turbulenta Sin City cuando di al stop del DVD, puse el noticiero y me vine arriba con el Sargento LC: "El que no esté a gusto que coja la puerta y se vaya". This is my boy. Así hablaba a sus chicos Santiago Bernabéu (¡presente!) y seguirá hablando muchos años el maestro Di Stéfano (ayer fue el santo de La Saeta; ¡Felicidades, Alfredos del mundo!).

Detalle de pureza. La primera victoria de Caro en el Bernabéu, aunque el Athletic de Clemente la alimentase con una actitud timorata y entreguista, revela un personaje que merece un estudio pausado. Me cuentan un detalle significativo. El pasado martes, el lebrijano se dirigía en su coche a Valdebebas para entrenar a su equipo. Diez de la mañana. Apenas dos grados de temperatura. Un chaval, llamado Juanito, paseaba aterido de frío para presenciar el entrenamiento del equipo de sus amores. López Caro, ajeno a la identidad del muchacho (podía haber resultado un tipo peligroso), se detiene, baja la ventanilla y le pregunta: "¿Vas al entrenamiento? Monta y te acerco, que hace mucho frío y te queda un kilómetro para llegar". Juanito ve que es el técnico blanco y alucina. Llegó emocionado al campo de prácticas de Valdebebas. Así es López Caro. Un buen entrenador (aunque Clemente dijese, sin señorío ni trapío, que el Madrid "fue un equipo normalito") y una buena persona. Juanrra, a tus pies...

Capitán Zidane. Cierto que los leones fueron unos mininos (¿dónde estaban Urzaiz y Julen Guerrero?), pero el Madrid mostró síntomas de mejoría con nombres propios. Robinho, como ya dejó claro en San Mamés, ha olvidado su jet-lag futbolístico y avisa de lo que todos sospechábamos. Es crack. Más puntos de luz. Guti está en 'on' y desde que está enchufado el Madrid tiene suministro para rato. Al ser sustituido por Zidane sentí que este equipo está vivo. 60.000 tipos aplaudieron a rabiar a su capitán de la Fábrica y repitieron ovación con el profesor marsellés al saltar al pasto. Le quedan sólo cinco meses de fútbol y le arroparán hasta la soñada final de París (17 de mayo, el día de la Décima). Sólo me sobra Gravesen, que se comporta como un matón de discoteca. Thomas, relájate por favor.

Alarma social. Todos son buenas noticias (incluido el excelente debut de Cicinho en la capital) menos el asunto Cassano. Tras departir con los peñistas de Cartagena, Elda, Lloret de Mar, Lillo y Alaior todos consensúan una frase: "Cassano ha venido como un saco de patatas. ¡Y encima le va a costar el puesto a Soldado!". Así es, Soldadito metió otro golazo (ya lleva cuatro) y Cassano sigue rompiendo la báscula. Hasta el nombre de su famoso regate alimenta: Cassa-nata.

Y falta Raúl. El capitán lleva 53 días ausente, pero cuando vuelva este Madrid será un Airbus 380. ¡Tiembla Arsenal! ¡Viva San Alfredo! ¡Di Stéfano forever!