¡Feliz Soldado 2006!

Cantera power. Por un momento creí ver a Beckham desbordar, poner una rosca a la cabeza de Ronaldo para lograr lo que en el argot mediático llamamos "gol galáctico". Pero me pellizqué y vi que David tenía la piel negra como Etoo y unas trenzas a lo rasta que en la tierra de su familia, Guinea, son habituales desde que son niños. Balboa perfiló y Soldado mató con la cabeza. Ahora que el club está cerca de fichar a Cassano o a Kuyt debería meditarlo. Este valenciano tiene dinamita en sus botas y un yunque en su testa. Huele el gol desde los vestuarios. Marcó dos (uno le fue anulado erróneamente) y envió otro al larguero de Falcón, nombre de memorable serie americana de mi adolescencia.

Como en casa. La velada iba dedicada a Don Jesús, al que se echa de menos sin entrar en profundidades éticas. En realidad, el Atleti se devaluó bajo su largo mandato (pasó de ser el segundo grande de España, ex aequo con el Barça, a ser el sexto y tirarse dos años en Segunda), pero logró que todos mirásemos de reojo sus movimientos ostentóreos. Nunca te dejaba indiferente y a mí me ganaba siempre cuando nos veíamos: "Tomás, eres buen chaval pero la pena es que seas del Madrid". Me hacía reír porque ese atrevimiento en el mano a mano te hacía ver lo que es el fútbol. Un deporte que, por mucho dinero que mueva, depende del débil factor humano...

Torres & López. Ver a Fernando Torres frente al Madrid te obliga a tirar de un tratado de psicología. Ya sea con Casillas o con Diego López, la portería blanca se le achica como una caja de cerillas. Superlópez ofreció un recital que no habrá dejado indiferente a Capello, un obsesionado con los porteros altos. Él trajo a Illgner (y a su lado aquella Bianca de látex que dejaba a Victoria Adams en ingenua avecilla) y en junio festejaría tener a este gallego de dos metros y colocación admirable. Sacó con los pies un mano a mano a Torres, al que después aburrió con sus salidas eléctricas. Un día antes se había lucido ante Uruguay. Lorenzo, gallego y gastrónomo impecable, me lo confesó desde su Taberna Riojana: "Iker no debe dormirse. Por su bien".

Forza Atleti. Antes del derby navideño me encontré con Fernando Barrios. Un futbolista que compartió vestuario con mi recordado Juanito en el Atlético amateur y que luego probó suerte en el Valladolid Promesas. Pero le partieron la pierna y ahí se truncaron sus sueños. Me avisó de lo que iba a pasar: "Juanito era una centella. Yo le vi hacer cosas que más quisieran Keegan o Butragueño. Por eso a Torres le queda mucho. El fútbol es para pillos y matadores. Juan lo era". Su Atleti perdió otra vez. Ni me sorprendió a mí ni a Florentino, que desde que es presidente del Madrid siempre triunfó en el Calderón. Lleva cuatro de cuatro. El nombre de la cadena que nos ofreció una espléndida transmisión. Para mí, aunque sea en los penaltis, me sabe igual de bien...

Bye, bye, 2005. Madrid y Atleti pueden estar de acuerdo conmigo. Esta noche brindarán con rabia por el fin de este año infame para ambos. Bianchi se comerá el turrón porque Enrique Cerezo es buena gente mientras que López Caro disfruta de su cuento navideño lamentando que esas pesas inquisidoras nos han dejado sin Ronie para las dos próximas semanas. Pero 2006 es un año par. Se acabó el mal fario. Atléticos, madridistas, ¡Feliz Año Nuevo!