El Madrid está 'hamburguesado'

In memoriam. El madridismo de verdad no olvida a sus héroes. Referencia ineludible en tiempos de cólera, fútbol de los picapiedra y Bernabéu al borde de un ataque de nervios. También fue un 3 de diciembre. 1989. Fernando Martín, un gigante que personificaba la grandeza y el poderío de este club legendario, se dejaba la vida en la M-30. Fue un mazazo terrible, pero el madridismo unió sus manos y la estructura soportó ese balazo al corazón de miles de fieles. El equipo de fútbol vivía sus días de vino y rosas. La Quinta del Buitre llegaba a una espléndida madurez mientras Hugo Sánchez metía goles con la voracidad del monstruo de las galletas. El Madrid sumó su quinta Liga consecutiva con 107 goles como 107 soles, el azteca igualó el récord realizador de Zarra (38) y el Bernabéu se llenaba de niños que se hacían del Madrid por el bello espectáculo que ofrecía cada fin de semana. ¿Y ahora cuál es el panorama?

Iker y el Gordito. Al Madrid de la expansión galáctica (es cierto que tiene 280 millones de aficionados en el mundo) le queda iniciar un período de reflexión profunda. Autocrítica y firmes convicciones. O el invento se irá a hace gárgaras. Ante aquel Madrid de la Quinta el Getafe de turno hubiese llegado a firmar un 3-0 honroso, sin humillaciones. Ahora se comporta como si fuese el Dinamo de Kiev de Belanov y Mijailichenko. Si el Madrid no tuviese a Casillas y a Ronaldo, Florentino ya habría firmado el finiquito de Luxa. Opción que está viva. López Caro, no es broma, está en sus oraciones. Ojo a las próximas horas. Y eso que a Luxa le tocó el Gordo de Navidad cuando Ronie metió el gol. Su gol. Galopada y remate mortal. El 15 de octubre mató al Atleti en el Calderón. Cincuenta días después salió al rescate, como profetizaba ayer la portada de AS. Lástima que Luxa no lo entienda así. Quitar a Ronaldator para sacar a Gravesen con todo el Madrid con el culo metido en el área del renovado Iker es un suspenso mayúsculo en Psicología Madridista. Suicidio.

¿Robishow? Compartí velada con el presidente en la noche del viernes con la animosa Peña Barajas. Piyi, su fundador hace 30 años, Juanjo y Miguel (sus inagotables impulsores) no se merecen este sufrimiento. Casi 200 comensales le pedían a Florentino una luz que les permitiese recuperar la alegría. "Tranquilos, la temporada acabará bien", dijo. Pero cuesta ser optimista. Mi colega Toñín, el torero de Entrevías, le regaló un décimo de lotería (19339). Sumen las cinco cifras. Salen 25. Justo los millones que costó el fichaje de Robinho, el turista accidental. ¿Qué te pasa, crack?

Futuro. La clasificación engaña. Me fríen a mensajes las peñas de Berceo, Abarán, 7 Cobeña y El Nido. Hasta el gorro de este fútbol de mentira. Éste no es su Madrid. Un sabio socio (luce carnet desde 1943) me da la clave: "Tomás, estos jugadores se han hamburguesado". Sí.