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Liga de Campeones | Real Madrid - Lyon

"Nosotros sí que fuimos capaces de ganar 4-0"

El Madrid de Luxa necesita ganar esta noche 4-0 al Lyon para ser primero de grupo. Aunque ahora resulta una hazaña imposible, hace 20 años el Madrid de Molowny lo consiguió ante el Borussia en una gesta que rememoraron para AS siete de los héroes de aquel encuentro.

<b>PROTAGONISTAS DE LA REMONTADA. </b>De izquierda a derecha: Míchel, Cholo, Santillana, Maceda, Gallego, San José y Butragueño.
jesús rubio

Cuando los dinosaurios blancos poblaban la tierra, el Madrid era el terror de Europa. Hablo de hace veinte años. Lástima que Luxemburgo no les pusiera anoche a sus chicos en la concentración el vídeo del Madrid-Borussia Moenchengladbach, del que se cumplirán dos décadas el 11 de diciembre. Ellos sí ganaron 4-0, desactivando una goleada aplastante sufrida en la ida ante el por entonces potentísimo equipo de Jupp Heynckes.

AS reunió a siete de los héroes de aquella gesta, recordada por muchos madridistas (entre los que me incluyo) como el partido más grande de sus vidas. Santillana, Butragueño, Míchel, Gallego, Maceda, San José y Cholo compartieron mesa y mantel (en Casa Juan) para revivir una noche memorable, muy alejada de esa cruda realidad que hoy día acompaña al Madrid de las ex galaxias.

Ricardo Gallego, apodado El soso pero con mucho picante en todo lo que dice, refresca cómo fue el palo del partido de Alemania: "El gordo (por Gordillo) marcó el gol que nos daba una esperanza. Era un 5-1 pero en esa época todo nos parecía posible. De hecho, Camacho y yo nos acercamos a Bonhoff, y le cruzamos una apuesta con marcos de por medio: 'Allí, vais p'adelante. Estáis eliminados'. Su cara de asombro no la he olvidado".

Santillana cuenta cómo se preparó la remontada: "Estábamos concentrados en el hotel Monte Real. Molowny nos daba libertad. Nos reunimos los jugadores en una sala para ver qué íbamos a hacer. Juanito, Camacho y yo explicábamos a los chavales de la Quinta lo que significan 90 minutos en el Bernabéu. El 4-0 estaba en nuestras cabezas".

Butragueño explica que el Madrid jugó con cuatro importantes bajas, lo que aumentaba la dificultad de la empresa: "Hugo y Gordillo estaban sancionados, y Chendo y Sanchís lesionados. Pero los veteranos estaban tan seguros de que lo lograríamos que salimos al campo lanzados".

Míchel y Cholo afirman que lo ocurrido en la escalera de acceso al campo será imposible de olvidar: "Nos separaba una valla metálica, pero Juanito y Camacho se encaramaron a ella y les dijeron a los alemanes de todo. Ellos estaban asustados. Recuerdo que el delegado de la UEFA se acercó porque en el acta habían cambiado por error el 4 por el 14 y salió escopetado al ver la que había allí organizada. En ese momento teníamos claro que golearíamos". Maceda jugó por primera vez en su carrera "de mediocentro. Fui el primer pivote defensivo de la historia. Me eché diez metros adelante para que ellos recularan". Gallego tercia para contar una muy buena: "Por entonces había un aficionado fiel que siempre viajaba con nosotros en Europa. El hombre era de Talavera y nos vendía en los viajes lotería. Pero al perder 5-1 vio que estábamos tan enfadados que no se atrevió ni a acercarse. Se quedó con todo el número y resulta que le tocó el gordo. Por eso se la queríamos hacer pagar a los alemanes. Con la pela no se juega...".

Con una hernia.

San José también hubiera merecido la Laureada del club (que ya poseen Pirri y Benito) si la gente hubiera sabido que esa noche pudo quedarse inválido. "Tenía una hernia discal, pero al estar lesionado Chendo nos faltaba un lateral derecho y nos jugábamos mucho como para estar llorando. Me pusieron una inyección en la espalda que era una banderilla. La anestesia me amortiguó el dolor, pero si el disco se llega a salir habría acabado en una silla de ruedas".

Y el partido empezó. Juanito lideraba la locura con dos pases magistrales a la cabeza de Valdano que pusieron un 2-0 esperanzador. El Bernabéu era una locura sin freno, con 120.000 tipos que no se movían ni para ir al servicio. El Buitre recuerda que luego hubo un parón: "Tras ese arreón inicial ya no logramos ver puerta hasta que sólo quedaba un cuarto de hora. Fue gracias a Charly...".

Charly es Santillana, que hizo olvidar a Hugo Sánchez con los dos goles más recordados de su carrera tras los dos que había metido años antes al Derby County: "El tercero fue de volea. Me vino perfecta y tiré a romper. Quedaban quince minutos y Cholo ya había salido por San José. Hasta el final el campo nos llevó en volandas. Cada ataque gritaban 'vamos, vamos'. Fue el delirio".

El 4-0 del éxtasis llegó en el último minuto. Míchel fue el coautor: "Yo sabía que con un tío como Santillana en el área bastaba con lanzar a portería. El portero alemán no pudo retener mi remate y Santi la cazó". El nueve comenta que fue un gol en tres fases: "El balón le dio al portero en la rodilla y se le escapó. Yo estaba pugnando con un defensa de 1,90 que me agarraba. Los dos íbamos en caída, y así tuve que arrastrar la pelota con dos toques hasta meter el empeine que fue el 4-0. Ese gol lo metieron las 120.000 almas que me dieron fuerza para empujar la pelota". San José aclara: "Y eso que no nos dopábamos. Un carajillo y poco más". Maceda dice que perdió la noción tras el 4-0: "Cogí la pelota de la portería y me fui al córner contrario. Allí me la guardé, creyendo que así el árbitro daría por acabado el encuentro. Luego llegó el cambio de Martín Vázquez por Juanito y sus famosos saltos mientras iba a la banda. Juan era increíble".

El final.

La piña que se formó para celebrar el gol dejó una imagen para la posteridad. Gallego es el que levanta los brazos mirando a la grada: "Todos estábamos en éxtasis. Era como flotar en el aire. Miré a la grada para compartir con ellos ese momento. Ese Madrid era un piña en la que todos sentíamos la camiseta".

La guinda la pone Maceda con una anécdota: "La gesta fue de tal calibre que la televisión dio el partido en diferido para toda España. Lo vimos en una emisora de radio y a las dos de la mañana me fui solo con mi 2CV rojo por La Castellana. Puse la música bien alta, bajé la ventanilla y pasé delante del Bernabéu. Me dije: 'Antonio, qué grande es ser jugador del Real Madrid". Ojalá los hijos de aquellos héroes lean hoy este reportaje y entiendan lo que hay en juego esta noche. Seguramente, mucho más que un partido de fútbol. Es el Madrid. Es Europa...