Primera | Atlético - Real Madrid
"La auténtica rivalidad es entre Madrid y Atleti"
El Asador Donostiarra acogió el derby gastronómico. Seis viejas glorias del Atlético y seis del Real Madrid disfrutaron, con AS como privilegiado testigo, de una reunión de amigos donde las anécdotas, los árbitros, los recuerdos y los pronósticos salpicaron dos horas inolvidables...
Si Ronaldo, Petrov, Casillas, Leo Franco, Zidane, Torres, Beckham o Perea hubiesen tenido la oportunidad de comer ayer en el Donostiarra se habrían intercambiado los papeles. Ellos son los que hubiesen pedido papel y bolígrafo para pedir un autógrafo a los que son, a mucha honra, los auténticos artífices de la honorable historia de Atlético y Real, Real y Atlético, los dos colosos del fútbol de la capital que ayer, a través de una docena de sus viejas glorias, reivindicaron junto a AS su gran verdad: "Que quede claro en vuestro periódico. En los años 60 y 70 el único clásico de verdad era el derby madrileño. Sencillamente porque éramos los dos mejores equipos de España. El Barça iba a rebufo...". Palabra de Collar, Rivilla, San Román, Gárate, Ovejero y Navarro (el sexteto rojiblanco) y de Pérez Payá, Zoco, San José, Buyo, Magdaleno y Pepe Goles Peinado (el sexteto vikingo).
José Eulogio Gárate, que fue el último en llegar y el primero en abandonar la nave para atender hoy en Santander a una peña del Atlético de Madrid, abrió la veda con la caballerosidad que le hizo grande: "Si me permiten ustedes, y pido perdón si ofendo a alguien, el Atleti fue en su momento el club más grande de España. Lo de estos últimos años ha sido una deformación que no ha hecho justicia a nuestra historia".
Pechuga San Román, dicen que buen portero, pero por encima de todo personaje irrenunciable, terció con gracia: "Mira el Gárate, si es educado hasta para decir lo que hay. No seas tan fino, maestro...". Los blancos estaban callados hasta que San José, tan fiero en las pistas de pádel como fuera de ellas, puso las primeras banderillas: "No vamos a aguar la fiesta a nuestros amigos. Pero dejarme que llame a mi primo, el documentalista, para que nos diga la última vez que el Madrid perdió en el Calderón. Chico, no hay manera de que me acuerde...". Bernardo Salazar, historiador de AS, se cruzó para refrescar la memoria a los tertulianos: "He visto toda clase de resultados, con mayoría de triunfos blancos. Pero en estos partidos ser favorito no garantiza la victoria. El Atleti ganó por última vez al Madrid en el Calderón en 1999: 3-1".
En dos bandos.
José Luis Pérez Payá fue objeto de chanzas y bromas por los dos bandos, dado que era el único de los doce invitados que defendió ambas camisetas: "Bueno, es cierto que coincidí en el Atleti con Ben Barek y Carlsson, pero luego fui al Real Madrid y allí recibí el premio de la internacionalidad. Quizás sea más blanco que atlético...".
Alguien recordó a Buyo su famoso derby en el Bernabéu (1989) en el que provocó con astucia la expulsión de Orejuela. "Futre nos estaba matando esa noche y tuve que hacer algo para cambiar el rumbo del partido. Lo hice por el Madrid... Pero nadie se acuerda de las dos Ligas de Tenerife. Aquello cambió la historia". Inevitable. Fue hablar de árbitros y todo estalló. Pero hubo un punto que unió a blancos y negros, a indios y vaqueros: "Basta ya de hablar de González Vázquez o de Villar. El sábado se verá un gran derby y lo suyo es que el árbitro parezca inglés". Todos aplauden a Navarro cuando finaliza.
Hubo un personaje inesperado que también puso de acuerdo a los eternos enemigos: Rigo. El famoso árbitro de cámara del Barça durante los años 60. San Román, poco dudoso, rememora: "Se lo pusieron al Barça durante toda la Copa, menos un partido con el Pontevedra. En semifinales ganamos aquí 1-0 al Barça y en el Camp Nou nos machacó". Zoco se une a la sublevación: "En la famosa final de las botellas nos destrozó. El penalti a Serena lo vio toda España. Pero con Rigo no se podía ganar al Barça". Gárate, siempre pausado, tampoco se cortó: "Aquellos arbitrajes al Barcelona fueron sonados. Todo el mundo decía que ponían a Rigo para asegurarse de que ellos ganarían algún título".
Peinado cambió el tercio recordando cómo Miguel Muñoz se empeñó en dejarle como lateral derecho tras una lesión de Calpe: "Me tiré tres meses casi en rebeldía. Él me decía: 'Póngase el 2'. Yo le respondía: 'Póngaselo usted'. Acabé tragando porque si no me tendría que haber ido del Madrid". San Román, lanzado, contó otra memorable: "¿Que Robinho brilló en Bolivia? A mí no me lo cuentes. Jugamos allí un amistoso en el que goleamos 1-5 con un partidazo. Lo mejor fue que al nombrarme por la megafonía todo el estadio se puso en pie a vitorearme. No entendía nada. Tras el encuentro fuimos a la Embajada y me lo explicaron. Resulta que el mayor bandolero de la historia de Bolivia se llamaba San Román. Eso sólo le pasa a un atlético...".
Collar, otra leyenda rojiblanca, puso de manifiesto ese gracejo andaluz que tiene y no paró de picar a los madridistas. Collar fue un incordio para el Madrid en muchos derbys: "Lo importante ahora es que los jugadores del Atlético disfruten en el campo. En nuestra época lo hacíamos. En los derbys siempre se vivieron grandes partidos y los aficionados vibraban con el juego. Hay que recuperar ese espíritu".
Rivilla asiente. Se enfrentó a muchos madridistas, pero también comparte con ellos una buena amistad: "Con Zoco, un gran futbolista, fui campeón de Europa de selecciones con España. Un gran recuerdo para todos". El defensa le ganó muchos derbys al Madrid, pero algunos no puede olvidarlos: "Ganarle dos Copas al Real Madrid, en su estadio, y con el equipo que tenía, fue inolvidable. Fueron las dos primeras Copas del Atlético de toda su historia... ". Después se levantaron, brindaron y se abrazaron. Buena gente...