Selección | España 5 - San Marino 0
Dignos ultramarinos
Ni 14 goles, como la Sub 21, ni 12, como ante Malta. La España de Luis se limitó a cumplir el expediente ante un rival digno y humilde que apenas vio el color del jersey de Casillas. Al final fueron cinco, los mismos que le metió Serbia y Montenegro. Al menos, De la Peña, Joaquín y Guti se lucieron.
Almería galáctica.Los más desmemoriados (esos que creen que el mundo no existía hasta que llegó Internet, los deuvedés y resto de tecnología punta) se han empeñado estos días en minusvalorar el crédito futbolístico de Almería, tierra conocida por algunos de sus populares cantantes (Manolo Escobar, Bisbal...) y por sus magníficos tomates (en el Asador del Molino, de Algete, te sirven unos aliñados que están imperiales). También llegan los graciosos que te cuentan lo de los estudios del Oeste ubicados en el desierto de Tabernas (allí el caballo de Beckham metió en un anuncio un gol a Casillas que casi revienta la cabeza al heredero de Zamora) y que también en este paraíso ha nacido un pequeño/gran árbitro de acento caricaturesco y gran corazón: Andújar Oliver. Pero yo les voy a refrescar la página más bella del fútbol almeriense. Fue hace un cuarto de siglo. El 30 de septiembre de 1979, el estadio Franco Navarro se abarrotó para ver al Madrid de los Camacho, Juanito, Del Bosque y Santillana. El Almería de Maguregui, que acabó la temporada en una dignísima décima plaza, alineó a César; Paniagua, Arias, López, Piñero; Garay, Rolón, Contreras, Rojas; Corral y Vila. También jugó unos minutos Odair, ese brasileño que se hinchó a marcar goles con mi Calvo Sotelo del alma en los tiempos de Empetrol. El caso es que el Almería empató con el gigante blanco (1-1) y demostró que merece ser de nuevo una plaza de Primera.
Los ultramarinos. San Marino es mucho más que una selección. No entiendo tanto choteo sobre sus prestaciones en las vísperas del duelo. Total, han ganado casi tanto como España. Sólo tienen una Eurocopa (1964) y un oro olímpico (1992) menos. Su portero es entrañable. Se llama Federico y se apellida Gasperoni. Y no le fue tan mal. Al final sólo se llevó una manita en su saco, la que profetizó Luis Aragonés para no ser menos que los serbios y montenegrinos. Menos de la mitad de los que encajó Bonello en el inolvidable maltazo. Una proeza para el equipo 165 de la ATP del fútbol, que en sus 66 partidos sólo ha saboreado una vez la palabra g-a-n-a-r. Fue ante Liechtenstein... Un vacilón ocurrente chistea con ingenio: "¿Cómo se llaman los ultras de esta selección? Ultramarinos". Es muy bueno, ¿verdad?
Adriano y Selva.Conviene valorar la vocación ofensiva de esta selección que viste azul cielo, como si fuese el equipo de El Vaticano. Su coach, Gianpaolo Mazza, apostó por un tal Andy Selva (dicen que profesional) para inquietar a Casillas, y mis ojos vieron como una vez chutó a puerta. Osado. Pero su atrevimiento no justifica que Del Horno le diera un cabezazo, en la primera parte, y un codazo, en la segunda. Es fácil hacerse el machito con los débiles. Míratelo, Asier. Vuelvo a Mazza, el míster de SM. Indago en su vida y milagros y veo que en las votaciones por el FIFA World Player dio sus votos a este tridente: 1º) Adriano; 2º) Shevchenko; 3º) Ibrahimovic. El hombre sabe de fútbol. Tanto, que si se descuida Florentino se lo traerá cuando Sacchi decida jubilarse. Por eso no me extrañó que su ejército de novatos acabase la batalla sin muchas bajas. Un 5-0 fue un gran resultado para ellos. Y eso que Joaquín y Torres, en su semana grande, estuvieron inmensos, mientras que Raúl (gol 40+1) y Guti hicieron felices a los madridistas de la Peña Albox, pueblo señorial de estos lares.
Almería 2005.En estos partidos de charanga, cara pintada y bota de vino (inevitable en un miércoles de ceniza) hay que ser positivo y no caer en el negativismo de siempre. Me parece que lo mejor, dejando aparte lo futbolístico, fue el entusiasmo de la afición almeriense y la magnífica disposición de sus gentes en el estadio Juegos del Mediterráneo. Seguro que la cita de este verano la saldarán con nota alta. Como aquel Almería de Maguregui...