Cine

'La virgen de agosto' es la película que tienes que ver para despedir el verano

Jonás Trueba ha compuesto en ‘La virgen de agosto’ una película que invita a reflexionar desde lo que supone pasar las vacaciones en casa

Durante el mes de agosto, la ciudad más viva de España pega un gran cambio de órbita. El suelo de la Gran Vía queda al descubierto, la M-30 es transitable incluso en hora punta y los bares en los que normalmente hay que hacer cola para pedir una cerveza tienen mesas libres. Madrid desprende una melancolía calurosa por todas sus calles, parques y bares y la mayoría de los habitantes intentan huir despavoridos hacia unas vacaciones al lado de mar. Sin embargo, hay algunos que se quedan.

Este último punto es justo el que Jonás Trueba, cineasta hijo de Fernando Trueba, pretende transmitir en 'La virgen de agosto', una película en la que Eva (Itsaso Arana) trata de descubrir qué puede ofrecerle el verano en su calurosa y desolada ciudad natal.

El director no trata de indagar en las vivencias que han provocado que Eva haya decidido quedarse en verano en la ciudad en la que lleva viviendo 32 años. La película, de forma implícita, invita al espectador a experimentar lo que todos hemos vivido en unas vacaciones madrileñas: la constante búsqueda de una sombra, las fiestas y los conciertos de San Lorenzo y San Cayetano, la facilidad para conocer gente nueva en Madrid y los planes improvisados.

Desde este punto, el público reflexiona, como hace consigo mismo, sobre las razones que han llevado a Eva a quedarse y las reflexiones que despiertan las conversaciones que mantiene con amigas de la infancia, con gente que acaba de conocer y con exnovios con los que vuelve a cruzarse inesperadamente.