Las rotondas holandesas han llegado a España para garantizar la fluidez del tráfico y evitar posibles accidentes. Como su propio nombre indica, son frecuentes en su país de procedencia, Países Bajos, y contienen un elemento que las diferencia de las glorietas tradicionales. Se trata de la inclusión de un carril bici segregado en la parte exterior de la misma.

Dicho carril está señalizado y su uso está garantizado para los ciclistas, que tendrán la prioridad de circulación en todo momento. Es decir, si un vehículo toma una rotonda de estas características y quiere salir de la misma, lo hará como en las glorietas habituales, aunque con la excepción de que, si una bicicleta circula en ese momento por el carril bici, el vehículo deberá ceder el paso antes de salir de la misma.

Para los vehículos, el modo de salir de esta rotonda continúa siendo el mismo que en las glorietas habituales. A la hora de entrar a una rotonda, hay que respetar la preferencia de paso, por lo que los vehículos que circulan por ella tienen la prioridad. En una glorieta se circula por la derecha y se abandona el carril por este mismo carril derecho, por lo que desde el carril interior no se puede abandonar la glorieta.

Además, Países Bajos no es el único país donde se pueden encontrar este tipo de glorietas. Países como Bélgica, Francia y Reino Unido, donde el uso de la bicicleta es muy común, las rotondas holandesas son muy frecuentes. Con su llegada a España, la DGT busca garantizar la seguridad de los ciclistas en todo momento, ante el mayor riesgo de sufrir un accidente en una glorieta convencional.

Según un estudio realizado por la DGT, el turismo es el medio de desplazamiento con mayor nivel de implicación en los accidentes. En casi cuatro de cada cinco accidentes con víctimas hay al menos un turismo implicado, reporta el informe. Por otro lado, un total de 45.000 siniestros tuvieron lugar entre 2015 y 2019 en glorietas, en los que 317 personas fallecieron y 58.500 resultaron heridas, según los datos de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) que recoge 'El Motor'.

Bilbao, Sevilla y Logroño, las primeras ciudades españolas

En el caso de España, algunas ciudades disponen dentro de su término municipal de este tipo de construcción. Bilbao, Sevilla y Logroño son algunas de ellas. El uso de la bicicleta, por un lado, y de otros medios como por ejemplo el patinete eléctrico, ha provocado que algunos ayuntamientos de nuestro país hayan realizado una apuesta seria por este tipo de intersecciones, y avanzar hacia un nuevo modelo de movilidad.

Una de las primeras en diseñarse fue la rotonda ubicada en la confluencia de las calles Lobete y Obispo Fidel García de la capital riojana. Jaime Caballero, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Logroño, expresó los motivos por los cuáles fue un acierto. "Son la mejor solución para garantizar la seguridad de los ciclistas y reducir el riesgo de accidente".