Ómicron y la subvariante BA.2: los síntomas diferentes
Investigadores de la aplicación ZOE COVID, en el Reino Unido, detectan dos síntomas que han crecido respecto a los pasados meses: la secreción nasal y la fatiga.
Más de dos años han pasado ya desde el inicio de la pandemia, allá por el mes de enero de 2020. Meses más tarde conocimos que el virus original del SARS-CoV-2 ya estaba en circulación un tiempo antes, de acuerdo con diferentes estudios internacionales. Desde entonces son diversas las variantes que han ido surgiendo, siendo Ómicron la última en llamar la atención de estamentos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A raíz de ella han ido surgiendo diferentes sublinajes, con los que se diferencia en algunos aspectos, aunque comparte un gran porcentaje de su código genético. Tras ser prevalente en gran parte del mundo, ahora empieza a ceder terreno ante BA.2, el primero de los sublinajes identificados. Entre sus características está su mayor transmisibilidad frente a la versión original de Ómicron. Dentro de ella ha surgido otro sublinaje, BA.2.12.1, que en Estados Unidos pasó de un 7% de los casos a un 36% en apenas semanas.
Según indican los diferentes estudios, cada versión nueva de Ómicron parece tener un mayor nivel de transmisibilidad. Las últimas aparecidas, BA.4 y BA.5, son a su vez más transmisibles que BA.2. El asesor médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci, cifra en un 50% más su capacidad de transmisión frente a la Ómicron original. Y respecto al sublinaje último de BA.2 también habría una ventaja todavía mayor.
Secreción nasal y fatiga, las diferencias
A pesar de las diversas variantes, los síntomas se han mantenido estables durante toda la pandemia, con algunas excepciones. "Los síntomas de Ómicron han sido bastante consistentes. Hay menos incidencia de personas que pierden el sentido del gusto y el olfato. En muchos sentidos, es un resfriado fuerte, muchos síntomas respiratorios, congestión nasal, tos, dolores corporales y fatiga", asegura el doctor Dennis Cunningham, director médico del sistema de control y prevención de infecciones del sistema de salud Henry Ford.
Por su parte, el estudio de síntomas ZOE COVID, en Reino Unido, permite a los usuarios establecer los síntomas que tienen a través de sus teléfonos móviles. Tim Spector, uno de los fundadores y profesor de epidemiología genética en el King's College de Londres, explica según los datos de la aplicación cuáles son los síntomas más frecuentes de BA.2. "Los cambios de BA.1 a BA.2 han sido bastante sutiles, tal vez la secreción nasal y la fatiga aumentando".
Entre otros síntomas comunes que aparecen con este sublinaje están el dolor de garganta, la tos, el dolor de cabeza y una voz ronca. El 84% de las personas que registraron síntomas en el Reino Unido presentaban secreción nasal, por el 73% que lo tenían en el mes de enero. Y en cuanto a la fatiga también se incrementa el porcentaje, desde un 68% a un 72%.
Reinfecciones
Los expertos consideran que no hay una diferencia considerable entre BA.1 (Ómicron original) y BA.2, sino que es como la que había en su momento entre Alfa y Delta. Respecto a una posibilidad de reinfección, ésta aumenta con el paso del tiempo. No obstante, de acuerdo con doctor Amesh Adalja, del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, es posible que alguien que superó una infección por Ómicron en invierno tenga protección frente a BA.2 durante varios meses.
"Si comparten suficientes mutaciones para ser clasificadas como una variante Ómicron, es probable que haya mucha protección cruzada. Sabemos que con todos los coronavirus la reinfección se vuelve común al caer los niveles de anticuerpos", explica. Además, relaciona la gravedad de la enfermedad con una mayor inmunidad. "Cuando observamos la inmunidad que se acumula a partir de la infección, cuanto más leve era la infección, menos inmunidad se obtiene de ella".