La Unión Europea choca con Hungría
El primer ministro del país, Viktor Orban, considera insuficiente el tiempo estimado por la UE para cortar las importaciones de energías desde Rusia.
El sexto paquete de sanciones de la Unión Europea a Rusia por la invasión a Ucrania ya está sobre la mesa, a falta de que los países de Los Veintisiete lleguen a un consenso final. El veto gradual propuesto para que Hungría y Eslovaquia apliquen la decisión es algo sobre lo que todavía no hay un acuerdo, pues desde Budapest consideran el 31 de diciembre de 2023 como una fecha precipitada.
La postura de Hungría, en lo que a esto se refiere, es clara: el año y medio de transición no es suficiente para asegurar una menor dependencia de la energía rusa, así como el año adicional ofrecido por Bruselas. Así, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, solicita un plazo de cinco años, el tiempo que considera que tardarán en completar la adaptación de sus infraestructuras.
Esta es una de las potenciales medidas que más debate han generado, debido a la alta dependencia de algunos países de la UE del gas procedente de Rusia. A pesar de que la sensación entre los dirigentes europeos es que el paquete de medidas será aprobado, no vislumbran cuándo podrá ser ni si abrirá una pequeña brecha en la unidad del organismo europeo. Este mismo viernes, los embajadores de la UE se han reunido para buscar alcanzar el acuerdo.
Acuerdo próximo según la EU
"Estamos progresando y nuestro objetivo es lograr un acuerdo antes del final de la semana. Hay voluntad de lograrlo. Todo el mundo quiere una solución", reconocen fuentes europeas al tanto de la negociación. Unas declaraciones que chocan con lo expresado en el día de hoy por el primer ministro húngaro, quien ha señalado que sería como "una bomba atómica sobre la economía" de su país. "Con año y medio de excepción no vamos a ningún lado", ha dicho en una entrevista a la emisora Kossuth Radio.
El plan de la UE
Lo que el organismo europeo propone es un veto de forma gradual, de seis meses para el petróleo y hasta finales de año para los productos refinados. Unos plazos que serían mayores para Hungría y Eslovaquia, con el objetivo de dar tiempo a buscar alternativas. Sin embargo, según el primer ministro húngaro la imposición de esta medida tal y como ha sido presentada supondría acabar con el derecho de cada país de establecer su propio mix energético.
Además, está la situación geográfica. De igual forma que Eslovaquia y República Checa, todos ellos sin una salida al mar, esto les obliga a recibir todo el petróleo a través del oleoducto Druzhba, algo que no habría sido tenido en cuenta por la propuesta emitida por la presidenta Ursula von der Leyen. "Requiere grandes inversiones, contactos profundos con los operadores, entre los Estados miembros. Se trata de decisiones tecnológicas, técnicas e industriales muy profundas que no deben subestimarse", aseguran fuentes diplomáticas europeas.
Por su parte, la Comisión Europea se defiende de las críticas a través de su portavoz. "No negociamos, pero sí consultamos antes de hacer una propuesta para informar a los Estados miembros de nuestro planteamiento y cuándo pensamos que todos están bien informados y que hemos escuchado sus interrogantes sacamos nuestra propuesta. Es un proceso muy transparente entre nosotros y los Estados miembros. No significa que haya unanimidad antes de presentar la propuesta así que las discusiones continúan".
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