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Un estudio explica una posible e inesperada consecuencia a largo plazo de la COVID
Según un estudio presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas aumentaron las infecciones por bacterias resistentes a antibióticos en los primeros meses de pandemia.
Los pacientes hospitalizados durante la pandemia, tanto los que se sometieron a la prueba de COVID-19 como los que dieron negativo en la prueba de SARS-COV-2, presentaron tasas más elevadas de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos en comparación con los pacientes hospitalizados antes de la pandemia, según un estudio que evalúa el impacto de la pandemia en la resistencia a los antimicrobianos (AMR) en 271 hospitales de Estados Unidos.
El estudio, que se ha presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID, por sus siglas en inglés) de este año en Lisboa (Portugal), también ha descubierto que las infecciones resistentes a los fármacos fueron significativamente mayores en los casos de inicio de la pandemia en los hospitales.
Se calcula que en 2019 murieron 1,2 millones de personas en todo el mundo por infecciones resistentes a los antibióticos, y se prevé que esta cifra se multiplique por diez para 2050. La pandemia de COVID-19 presenta muchos desafíos para el uso apropiado de los antibióticos y la administración, y ha habido estudios que apuntan que la pandemia se asoció con infecciones secundarias de AMR, posiblemente debido al aumento del uso de antibióticos para tratar a los pacientes de COVID-19 y las interrupciones de las prácticas de prevención y control de infecciones en los sistemas de salud abrumados.
Para aportar más pruebas, los investigadores llevaron a cabo un análisis de cohorte multicéntrico y retrospectivo de todos los adultos (de 18 años o más) ingresados en 271 hospitales de Estados Unidos antes y durante la pandemia de COVID-19, que habían pasado al menos un día en el hospital y tenían un registro de alta o muerte.
Los pacientes se clasificaron según el momento en que fueron admitidos: antes de la pandemia (del 1 de julio de 2019 al 29 de febrero de 2020), o durante la pandemia (del 1 de marzo de 2020 al 30 de octubre de 2021), y en función de su estado de COVID-19 (con un resultado positivo de SARS-CoV-2 definido por una PCR positiva o una prueba de antígeno en los 7 días anteriores al ingreso o durante la hospitalización). Se registraron todos los ingresos con al menos una infección por RAM (definida como un primer cultivo positivo para determinados patógenos gramnegativos o grampositivos resistentes a los antibióticos).
Los investigadores evaluaron las tasas de RAM por cada 100 ingresos antes y durante la pandemia de COVID, y examinaron si las infecciones farmacorresistentes se adquirieron en el entorno de inicio de la comunidad (definido como un cultivo recogido menos de 2 días después del ingreso) o en el entorno de inicio del hospital (más de 2 días después del ingreso).
En total, 1.789.458 pacientes ingresaron en el hospital en el periodo prepandémico y 3.729.208 durante la pandemia. El número de pacientes ingresados en el hospital con al menos una infección por RAM fue de 63.263 en el periodo prepandémico y de 129.410 durante la pandemia.
Los análisis revelaron que la tasa de RAM era de 3,54 por cada 100 ingresos antes de la pandemia y de 3,47 por cada 100 ingresos durante la pandemia. Sin embargo, los pacientes que dieron positivo o negativo a la prueba COVID-19 tuvieron niveles más altos de RAM que los pacientes antes de la pandemia: 4,92 por cada 100 ingresos y 4,11 por cada 100 ingresos, respectivamente.
En cuanto a las infecciones hospitalarias, la tasa de RAM fue de 0,77 por cada 100 ingresos antes de la pandemia y de 0,86 por cada 100 ingresos durante la pandemia, y la más alta fue de 2,19 por cada 100 ingresos en pacientes con COVID-19. Cuando se analizan las infecciones de origen comunitario, la tasa de RAM fue de 2,76 por cada 100 ingresos en el periodo prepandémico, y de 2,61 por cada 100 ingresos durante la pandemia.
"Estos nuevos datos ponen de manifiesto la importancia de vigilar de cerca el impacto de la COVID-19 en las tasas de resistencia a los antimicrobianos. Es especialmente preocupante que la resistencia a los antibióticos haya aumentado durante la pandemia tanto en los pacientes positivos como en los negativos al SARS-CoV-2. Las infecciones adquiridas en el hospital son una gran preocupación, con tasas de resistencia a los antimicrobianos significativamente más altas durante la pandemia que antes", detallan los autores.