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Revelan el secreto de los pájaros que no quieren incubar sus huevos

Esta técnica se conoce como “parasitismo de cría” y es uno de los aspectos más analizados por los investigadores en la actualidad.

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Revelan el secreto de los pájaros que no quieren incubar sus huevos
UnSplash

Determinadas aves no parecen dispuestas a criar a sus polluelos, hecho por el cual falsifican sus huevos a modo de engaño a otras especies para que lo ejecuten por ellas mismas. Una técnica que ha llamado la atención a los científicos, los cuales han investigado para determinar el comienzo genético de esta práctica.

El origen de esta habilidad se encuentra desde hace dos millones de años, siendo una característica genética que es hereditaria por vía materna. Esta peculiaridad se denomina “parasitismo de cría” y los expertos se cuestionan desde hace tiempo la manera en que una sola especie de ave puede copiar los patrones de forma y color de los huevos de otras varias y el procedimiento de transmisión de esta capacidad a las crías, aunque exista el mestizaje entre aves criadas por diversos huéspedes.

Estudio sobre la genética del mimetismo de los huevos del pinzón de cuco

Las medidas que efectúan las aves engañadas desafían esa capacidad de fraude, según un estudio de Pnas. Es por ello que un grupo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) analizó en África Oriental, y más concretamente en Zambia, la genética del mimetismo de los huevos del pinzón de cuco, una especie que explota a multitud de especies de currucas en África.

Las hembras de dichos pinzones de cuco heredan de sus madres la capacidad de emular la apariencia de los huevos de sus anfitriones, a través del cromosoma W, específico de la hembra. De este modo, la “herencia materna” les permite eliminar el riesgo de heredar los genes de mimetismo incorrectos de un padre criado por un huésped diverso, posibilitando que diversos linajes de hembras lleven a cabo un mimetismo especializado en varias especies de huéspedes.

La selección natural “ha creado un arma de doble filo”

No obstante, según la autora principal de la investigación, Claire Spottiswoode, la selección natural “ha creado un arma de doble filo” debido a que, a pesar de que la herencia materna haya permitido a los pinzones de cuco explotar a múltiples especies de hospedadores, “es probable que ralentice su capacidad para evolucionar contra las adaptaciones” a medida que desarrollen nuevas defensas.

Y es que algunas de las especies engañadas han desarrollado una llamativa diversidad de firmas de patrón y colores de sus huevos, que les permite distinguirlos de los falsificados. En el caso de los pinzones de cuco en Zambia, estos engañan a cuatro especies de curruca de hierba con un efecto devastador, debido a que si los padres eliminan un huevo parásito esa cría suele superar a las propias, las cuales acaban muriendo de hambre.

La aparición de firmas de huevos infalsificables

Estos investigadores recolectaron muestras de ADN de 196 pinzones de cuco y 141 nidos pertenecientes a las cuatro especies de currucas. En su lucha contra los falsificadores, este grupo descubrió que las currucas se han convertido en hábiles controladores de calidad rechazando los huevos que difieren de los suyos en color y dibujo. Una especie de “firmas únicas” para mejorar su detección de intrusos.

Fruto de ello ha sido la evolución evidente del mimetismo de los huevos y la diversificación, con el objetivo de imitar algunas de las variaciones características observadas en los huevos de diversas hembras inmersas en cada especie anfitriona.

El equipo llegó a la conclusión de que los pinzones de cuco se enfrentarán a una lucha intensa ya que no pueden recombinar los diversos rasgos de falsificación elaborados por sus distintas líneas familiares. Además, estos han sacado a la luz que las aves hospedadoras transmiten su capacidad antifraude a través de la herencia biparental. Todo ello ha servido para que Spottiswoode afirmarse que es posible la “aparición de firmas de huevos infalsificables”, que podrían obligar a los pinzones cucos a cambiar a otras especies o depender de los individuos jóvenes del huésped que aún no han adquirido sus propias firmas.