El precio de los productos de primera necesidad sigue al alza. La inflación ha aumentado hasta el 9,8% en marzo, alcanzando su nivel más alto desde mayo de 1985, según los datos adelantados del Instituto Nacional de Estadística. Además, la inflación subyacente se sitúa en un 3,4%, su tasa más alta desde septiembre de 2008.

Para interpretar estos datos, hay que diferenciar entre inflación e inflación subyacente. En primer lugar, la inflación es el aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios. La inflación se computa de diferentes formas. En España se mide a través del Índice de Precios al Consumo (IPC).

Según explica el INE, el IPC "es una medida estadística de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España".

La inflación subyacente, también al alza

Además, existe un indicador que muestra la variabilidad de los precios de consumo a corto plazo de forma más precisa que la inflación general. Se trata de la inflación subyacente. Esta inflación es el incremento de los precios de un subconjunto de bienes y servicios que forman el índice de precios al consumo.

Para el cálculo de este tipo de inflación se prescinde dentro del IPC de los componentes más volátiles entre los que se encuentra el índice energético (gasolina, gas, electricidad) y el índice de alimentos no elaborados (frutas, verduras,etc.). Esta tasa se ha situado en el 3,4%, en su dato más alto desde septiembre de 2008.

Los 12 grupos que forman el IPC y sus ponderaciones en este 2022 son: