El 23 de febrero de 1981 se convirtió en uno de los primeros reveses que recibe la democracia española tras el intento fallido de golpe de Estado, dirigido por guardias civiles y encabezado por el antiguo teniente coronel, Antonio Tejero. Los disparos al techo y a las paredes del hemiciclo, acompañado de la famosa frase que pasó a ser historia de nuestro país “¡Quieto todo el mundo!”, interrumpió lo que iba a ser la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno.

Con el paso de las horas, la tensión y las decisiones se iban acrecentando, ya que Jaime Miláns del Bosch, capitán general de Valencia, ordenó la marcha de los tanques militares por las calles de la ciudad, mientras que los representantes políticos se encontraban retenidos en el interior del Congreso de los Diputados. No obstante, este golpe de Estado se frenó paulatinamente con la intervención de Juan Carlos I, que ordenó inmediatamente la retirada de los cuerpos militares.

Seguidamente, las diligencias del 23-F fueron trasladadas a la justicia en un juicio celebrado en febrero de 1982, con un total de 18 guardias civiles, 14 militares y un civil acusados de ser partícipes de este golpe a la democracia. Antonio Tejero y Jaime Miláns del Bosch fueron condenados un año más tarde a 30 años de prisión a causa de un delito de rebelión militar, según la revisión de la sentencia por parte del Tribunal Supremo.

En 1996, obtuvo la libertad condicional

Tras 13 años entre rejas, Antonio Tejero aprovechó su estancia en la cárcel para formarse académicamente, donde se matriculó en la carrera universitaria de Geografía e Historia. Su periplo por la prisión militar de Sant Ferrán de Figueres (Gerona) y también en la de Alcalá de Henares le permitió escribir una de sus memorias y a su vez aprender diferentes idiomas. En 1993, la Justicia le otorgó el tercer grado penitenciario debido a su estado de salud y tres años más tarde la libertad condicional. Actualmente, sigue ligado a la disciplina de la Guardia Civil, ya que sus hijos y nietos siguen los pasos del teniente coronel.

La última aparición pública fue en la exhumación de Franco

A sus 89 años de edad, Antonio Tejero no ha realizado últimamente apariciones públicas, ya que disfruta con su familia en Torre Del Mar (Málaga) de su vida de jubilado y con una pensión vitalicia por parte del Estado. La última vez que fue visto data del 24 de octubre de 2019, cuando se produjo la exhumación de los restos de Francisco Franco en El Valle de los Caídos. Además, tuvo enfrentamientos con la soberanía catalana tras emitir una denuncia por sedición contra el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas.