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Un estudio revela nuevos datos de la variante BA.2 de Ómicron

La investigación, realizada en Japón, apunta a que esta versión del virus no sería tan leve. En Dinamarca, donde es dominante, las hospitalizaciones no bajan.

FILE PHOTO: Passengers line up at John F. Kennedy International Airport after airlines announced numerous flights were canceled during the spread of the Omicron coronavirus variant on Christmas Eve in Queens, New York City, U.S., December 24, 2021. REUTERS/Dieu-Nalio Chery/File Photo/File Photo
DIEU-NALIO CHERYREUTERS

La aparición de nuevas variantes de una enfermedad siempre genera preocupación entre la comunidad científica. Si bien es una característica propia de los virus que muten, estas alteraciones en su genoma pueden cambiar por completo su comportamiento. En lo relativo a la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ido realizando un seguimiento a aquellas que se consideraron más preocupantes: antes de Ómicron estuvieron Alfa, Beta, Gamma y Delta.

Junto con la versión inicial de Ómicron (BA.1) al poco tiempo se empezó a expandir una muy similar, aunque con algunas mutaciones más, incluida la proteína de la espícula, conocida técnicamente como BA.2 y con una capacidad todavía mayor de transmisión. En un primer momento se apuntó, junto con ello, que podría generar cuadros más leves de la enfermedad, algo que ahora un estudio desmiente.

Varios experimentos, llevados a cabo en Japón, demuestran que esta variante BA.2 (conocida también como Ómicron sigilosa) puede producir enfermedades tan graves como las otras variantes previas, incluida Delta. Igualmente, según los datos de este estudio, podría escapar parcialmente a la inmunidad que generan las vacunas. Así, según indican, una tercera dosis de refuerzo reduce en un 74% el riesgo de enfermedad. Además, esta variante también es resistente a algunos tratamientos como el sotrovimab, un anticuerpo monoclonal empleado contra Ómicron.

Una variante independiente de Ómicron

El estudio, publicado en el servidor bioRxiv, está pendiente de ser revisado por pares: antes de ser publicado en una revista médica el paso previo es ser examinado por un grupo de expertos independientes. "Desde la perspectiva humana, podría ser un virus peor que el BA.1 y se podría transmitir mejor y causar una enfermedad peor", indica el doctor Daniel Rhoads, quien revisó el estudio pero no participó en el mismo.

Kei Sato, investigador de la Universidad de Tokio, aconseja tomar esta variante como una independiente de Ómicron, pues presenta muchos cambios respecto del original, como puede tener este de otras variantes previas como Alfa de Delta. "Como sabrán, BA.2 se conoce como 'Omicron sigilosa'. Esto se debe a que no aparece en las pruebas PCR como un fallo en el objetivo del gen S, como sí lo hace con Ómicron".

Por ello, explica, lo primero que habría que hacer es desarrollar un método con el que detectarlo de forma específica. Deborah Fuller, viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, asegura que "parece que podríamos estar viendo una nueva letra griega aquí", en relación a un posible cambio de nombre si se toma como una variante independiente.

Expansión a nivel mundial

Esta variante ha ido creciendo en las últimas semanas, hasta el punto de detectarse en 74 países de todo el mundo y en 47 estados de Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la variante BA.2 está detrás de cerca del 4% de las infecciones en Estados Unidos.

En otros países, sin embargo, ya se ha vuelto dominante. Es el caso de China, Dinamarca, India, Montenegro o Filipinas, de acuerdo con el informe epidemiológico de la OMS. Los datos en el mundo real, no obstante, son contradictorios en lo referente a su gravedad. En Sudáfrica y Reino Unido las hospitalizaciones se reducen día a día, pero en Dinamarca es la principal causa de infecciones y hospitalizaciones, según los datos de la OMS.