La situación en Hong Kong se ha descontrolado. Ayer el gobierno local aplazó las elecciones de que se iban a realizar en marzo hasta el mes de mayo, y esta mañana la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam ha realizado una declaración de emergencia donde ha afirmado que “no tendremos piedad”.

Se trata de reducir con multas si es necesario el contacto entre no convivientes, y la ciudad ha decidido que no puedan reunirse ni dos personas bajo multas de hasta 10 mil dólares. La situación además se ha vuelto muy tensa por las directrices de algunos hospitales que no quieren tratar al personal doméstico y tiene que quedarse en la calle.

Son hay varias las ONG que denuncian al menos 10 casos de trabajadoras del hogar que solicitan ayuda médica tras dar positivo por coronavirus, y no son atendidas en los hospitales. Los consulados de Filipinas e Indonesia y las autoridades locales advierten a los empleadores de violaciones legales si rompen los contratos con las personas infectadas.

Los hospitales están desbordados por la llegada de Ómicron, es su quinta ola, y cientos de tienda de campaña se han levantado a la entrada de los hospitales donde conviven esperando que les atiendan, o bien en pabellones y polideportivos. Literalmente, no hay hueco en los hospitales, y las largas colas para hacerse PCR no ayudan a controlar la pandemia en este punto, tras dos años completamente cerrados.

Ahora mismo, Hong Kong tiene más casos diarios que Madrid, Londres o Nueva York. El jueves registraron seis mil nuevos infectados. Dos días después son mil más. Colegios, parques, gimnasios, bares e iglesias, se han cerrado. Están prohibidas las reuniones públicas de más de dos personas. Los restaurantes cierran a las 18.00 horas, y se ha ordenado el teletrabajo, sobre todo para los funcionarios.

Varios hoteles han habilitado 20.000 habitaciones para que se encierren los nuevos positivos ante la imposibilidad de ampliar los hospitales, y viviendas sociales que aún no se habían entregado, también se han abierto para alojar a casi 3.000 personas infectadas.

¿Qué ha pasado para llegar a este punto?

Hong Kong nunca había convivido con el virus, casi nadie se había contagiado, no saben cómo actuar, ni aislarse, ni los protocolos. La política de cero COVID había funcionado hasta ahora, a costa del aislamiento internacional de la ciudad. Hasta el 9 de febrero, no se habían registrado fallecidos por coronavirus desde hacía cinco meses.

El 55 % de los residentes entre 70 y 80 años ya han recibido la pauta completa, pero el gran problema es que menos del 15% de la población adulta ha recibido la dosis de refuerzo. Y los problemas no han hecho más que comenzar.

Crisis ferroviaria

El gigante ferroviario de Hong Kong, MTR Corporation , va a reducir las operaciones después de que 100 empleados, incluidos 17 conductores, dieran positivo por COVID-19 durante la semana pasada, y su sindicato advirtió sobre una crisis de servicio inminente.

El viernes habían registrado 14 infecciones positivas preliminares entre el personal, incluidos los trabajadores contratados, mientras que otros 18 empleados habían dado positivo a través de test rápidos de antígenos. El número de infecciones de trabajadores de MTR estuvo en el nivel más alto desde que comenzó la pandemia en 2020.

El recuento de COVID-19 de la compañía durante la semana pasada había llegado a 100, de los cuales 17 eran conductores de trenes, y el resto estaba compuesto por personal de la estación, empleados de mantenimiento y siete trabajadores de limpieza.

Ayuda privada

Quien ha tomado las riendas de ayuda a la población está siendo el sector privado, los grandes empresarios, junto con el gobierno, tanto para alimentar a los ciudadanos con barcos que llegan cargados de alimentos, como empresarios que están donando comida, material sanitario y recursos para que los contagiados y sus familiares reduzcan los contactos al máximo y no salgan de casa, donando también test rápidos, abriendo hoteles, enviando información de cómo actuar…