Los avances tecnológicos de este siglo han provocado que prácticamente todo el mundo pase una cantidad ingente de horas frente a pantallas, ya sean las del móvil, ordenador, televisión o videoconsolas. Aunque la aparición de todos estos aparatos ha supuesto una mejora en muchos aspectos de la vida, estas herramientas también tienen sus desventajas, sobre todo respecto a la salud.

A pesar de que los fabricantes buscan constantemente innovaciones que permitan usar sus productos de manera confortable, sin daños para la salud, lo cierto es que pasar tantas horas delante de una pantalla con la mirada fija en ellas y manteniendo la misma distancia todo el tiempo respecto a esta puede provocar daños en los ojos a largo plazo.

Para evitarlo existe la conocida como regla 20/20/20, un sencillo truco que puede evitar esos problemas oculares en personas que estén obligadas a pasar muchas horas pegadas a las pantallas. Esta regla está ligada al síndrome visual informático, que produce irritación en los ojos, sequedad, picor, visión borrosa, lagrimar excesivamente, sensibilidad a la luz o dolor de cabeza, entre otros síntomas.

Todos ellos se producen cuando una persona mantiene su mirada fija sobre una pantalla durante demasiado tiempo continuado. Además, por lo general se parpadea menos de lo normal mientras se utilizan, algo que tampoco es bueno, como tener un brillo excesivo en los aparatos, el aire seco de las oficinas o la luz excesivamente blanca que existe en algunos espacios.

¿En qué consiste la regla 20/20/20?

Para minimizar el impacto del uso prolongado de pantallas en la salud existe esta regla 20/20/20. Según la Clínica Baviera, esto produce dos efectos en los ojos, sobre todo si se requiere concentración: el ojo debe esforzarse para amoldarse a la pantalla y reduce el número de parpadeos. Sin embargo, con este truco se reducen los daños. Consiste en descansar cada 20 minutos, durante 20 segundos y a una distancia mínima de 6 metros (20 pies) del aparato.

Es una regla fácil de realizar pero difícil cumplir. Así, se descansa la vista y se varía la distancia focal, evitando pasar demasiado tiempo enfocando a distancias cortas. Otras medidas que se pueden tomar para minimizar daños son: controlar la iluminación del espacio, alejar el aparato a 50 centímetros de los ojos, intentar pestañear a menudo, usar lágrimas hidratantes si es necesario, controlar el brillo de la pantalla, evitar elementos de escritorio que deslumbren...