El que fuera ministro de Sanidad en marzo de 2020 cuando estalló la pandemia del SARS-Cov-2, Salvador Illa, es actualmente el Presidente Grupo Parlamentario Socialistas y Primer secretario de los socialistas en Cataluña.

Llegó al ministerio de Sanidad siendo el número dos de los socialistas catalanes, y dejó el cargo apenas un año y 13 días después para intentar ganar las elecciones catalanas, curiosamente también el 14 de febrero como las actuales en Castilla y León.

Su salida en mitad de la tercera ola de contagios provocó las críticas de todo el arco parlamentario. La que fuera ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, tomó las riendas de Sanidad y de la gestión de la pandemia.

Illa, el hombre tranquilo

Salvador Illa sustituía en el cargo a María Luisa Carcedo. Con ese nombramiento, el Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez pretendía recuperar el espíritu del Ernest Lluch, el dirigente socialista, también del PSC, que fue asesinado por ETA en el año 2000, y quien también ostentó la misma cartera con el socialista Felipe González como presidente (1982-1985).

Salvador Illa es Licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona (1989) y MBA en el IESE, Universidad de Navarra (1993). Además, fue alcalde de La Roca del Vallès entre los años 1995 y 2005. Desde el año 2005 hasta el 2009, ejerció como director general de gestión de infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña.

Fue director de gestión económica del Ayuntamiento de Barcelona (2010-2011), coordinador del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Barcelona (2011-2016) y jefe de gabinete de Jaume Collboni (2014-2016). Salvador Illa trabajó para que la Agencia del Medicamento Europeo (EMA) se asentase en Barcelona, aunque finalmente no se consiguió.

Desde noviembre de 2016, era Secretario de Organización del PSC, tarea a la que se dedicaba en exclusiva desde el 1 de febrero del 2017, donde todos los compañeros han destacado su labor como gestor y negociador.

Fue el rostro visible de la pandemia, junto a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alerta y Emergencias Sanitarias, en los momentos más duros. Jamás levantó la voz, ni entró en polémicas, salvo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. 

Le concedieron la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, es la más distinguida condecoración civil que puede ser otorgada en España. Tanto la Orden como las condecoraciones que se otorgan están reguladas en un real decreto del año 2002, donde se fija como objetivo "recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación".