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La historia detrás del reloj de María Antonieta de 30 millones de dólares

Un admirador de la reina encargó un reloj exclusivo para ella a Abraham-Louis Breguet, el denominado "padre de la relojería moderna" por sus innovaciones.

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La historia detrás del reloj de María Antonieta de 30 millones de dólares.
Michael Vainshtein Wikimedia Commons

El Antiquorum de Ginebra se convirtió hace poco más de 30 años en el pionero de la subasta de relojes modernos con su famosa subasta 'Arte de Patek Philippe'. Hasta entonces, el coleccionismo de relojes exclusivos no era algo normal. Hubo que esperar hasta las décadas de 1070 y 1980, con la aparición de modelos electrónicos de cuarzo baratos, para que los relojes artesanales obtuvieran una consideración especial.

La histórica subasta, que tuvo lugar en 1989, encumbró a Patek Philippe como una de las grandes marcas de la alta relojería, una reputación que perdura todavía. De hecho, en noviembre del año pasado el Grandmaster Chime de titanio de Patek Philippe se vendió por más de 27 millones de euros en Christie's, lo que supuso un récord histórico.

Sin embargo, esta no es la única marca asidua en las colecciones de relojes de alta gama. Desde Rolex hasta Breguet, son varias las marcas que lideran el mercado de las subastas astronómicas y largas listas de espera para adquirir nuevos modelos. Aunque el hecho de contar con precios prohibitivos hace que muchos de estos relojes se conviertan en exclusivos, tener una gran historia detrás ayuda.

El Breguet No. 160

Es el caso del Breguet No. 160. Este reloj fue fabricado por el relojero parisino Abraham-Louis Breguet, el denominado "padre de la relojería moderna" y al que se atribuyen la industrialización de la alta relojería e innumerables innovaciones tecnológicas. Su obra maestra es este reloj número 160, conocido como María Antonieta.

La historia de este reloj es una leyenda de origen asesino y protagonista de uno de los atracos más sonados de los últimos tiempos. Su creación se remonta a 1783, cuando un admirador de la corte de Versalles de María Antonieta encargó a Breguet que fabricara el reloj más complicado y precioso para su reina, que cada vez perdía más popularidad. El relojero equipó a este reloj de bolsillo con muchas invenciones, algunas propias como la cuerda automática, y otras ya existentes, como la hora celestial, el estado de cuerda y un calendario perpetuo. Todo ello fabricado en metal precioso.

Sin embargo, al ser una creación con tantas complicaciones, el encargo se dilató mucho más de lo deseado: el reloj no terminó de fabricarse hasta pasados casi 30 años. Esto significa que cuando el reloj estuvo listo, habían pasado muchos años desde la ejecución de María Antonieta y, de hecho, ni el propio Breguet estaba vivo, sino que lo acabaron los relojeros de su taller bajo la supervisión de su hijo.

106 relojes robados

Una vez acabado y con sus dueños fallecidos, el reloj fue adquirido por Sir David Salomons, el primer alcalde judío de Londres. Cuando este falleció, el Breguet No. 160 pasó a formar parte de la colección de relojes de bolsillo del británico como la exhibición principal en el Museo de Arte Islámico de Jerusalén. Fue allí, el 17 de abril de 1983, cuando fue robado junto a otro centenar de relojes de la colección de Sir David.

El atraco fue un misterio durante 23 años, cuando la policía israelí recibió un aviso de dos personas que aseguraban haber visto artículos de la colección. Naaman Diller, un ladrón israelí, había sido el autor del robo, eludiendo el sistema de seguridad del museo para llevarse los relojes y esconderlos en cajas fuertes repartidas por Estados Unidos, Europa e Israel. Tras su muerte, su viuda trató de vender los relojes, pero finalmente fue atrapada. De los 106 relojes sustraídos, solo 39 pudieron ser restaurados y devueltos a la exposición del museo. El María Antonieta, valorado en 30 millones de dólares (más de 27 millones de euros), afortunadamente, fue uno de ellos.