CORONAVIRUS

¿Cuánto duran los síntomas de Ómicron y cuándo se considera COVID persistente?

La llegada de esta variante ha dado a conocer una patología que se instala una vez superado el virus, que afecta a más del 15% de personas, según expertos.

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¿Cuánto duran los síntomas de Ómicron y cuándo se considera COVID persistente?
THOMAS PETER REUTERS

La llegada de la variante Ómicron a nuestro país, más conocida como la sexta ola, puso en jaque a las autoridades sanitarias debido al aumento de contagios en las últimas fechas, registrando las peores cifras desde el inicio de la emergencia sanitaria, en marzo de 2020. Además, la propagación de esta mutación ha servido para dar a conocer la afección que se configura una vez superada la enfermedad, la “COVID persistente”, que puede llegar a afectar a más del 15% de personas que se sobrepusieron a la infección, según indican los expertos.

Una vez consensuada la definición por médicos y epidemiólogos, se considera que la etapa “post-COVID” es “la condición qué ocurre en individuos con antecedentes de infección probable confirmada por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo”, recoge la revista The Lancet Infectious Diseases. Además, han participado 265 pacientes para el análisis de este proceso y que ha sido dirigido y tutelado por la Organización Mundial de la Salud desde Suiza, conocido como método Delphi.

Duración de los síntomas de Ómicron, según un estudio publicado en Eurosurveillance

Duración de cuatro días

  • Tos
  • Congestión Nasal
  • Fatiga

Duración de tres días

  • Dolor de garganta
  • Estornudos
  • Pérdida de apetito

Duración de dos días

  • Dolor de cabeza
  • Fiebre
  • Olor reducido
  • Respiración fuerte
  • Dolor abdominal
  • Dolor muscular

La “COVID persistente”, una definición “incompleta”

Principalmente, los síntomas de la COVID sufridos durante el proceso de la enfermedad pueden volver a aparecer, con una nueva recaída durante el tiempo una vez ya recuperados. Sin embargo, las afecciones derivadas tras superar el virus no están contempladas en lo que es la ”COVID persistente”, ya que es una definición de “consenso y demasiado larga”, según el doctor Soriano, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Respiratorias. Sin embargo, considera que la aparición de una idea que explique esta recaída es “un primer paso en buena dirección”, señala.

En la misma línea, se sumerge Lorenzo Armenteros, coordinador del grupo de trabajo sobre COVID persistente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que esclarece que la aparición de esta definición “permite definir una enfermedad con entidad propia”, lo que puede derivar a que esta patología post-COVID sea reconocida por las empresas, a la hora de tramitar bajas laborales en base de los diagnósticos de los pacientes afectados.

Sin embargo, Armenteros explica que la definición de “COVID persistente” tiene que modificarse y adaptarse a la realidad, ya que contiene algunas “generalidades” y “ambigüedades” que no están sujetas a la interpretación de la realidad de los damnificados. Por ello, el doctor pide que los conceptos “sean más tajantes” y que “esté consensuada” a través de una guía sobre la COVID persistente publicada por SEMG.

“Estamos satisfechos porque se refleja casi todo lo que hemos pasado”

Una paciente con “COVID persistente” y a su vez coordinadora de un grupo de investigación sobre esta afección, explica que es “un buen inicio” que se tengan en cuenta a las personas que sufren las consecuencias negativas de la enfermedad, ya que hasta el momento, no existía ningún indicador que notificase las personas damnificadas a consecuencia de esta patología. “A nivel de pacientes estamos satisfechos porque se refleja casi todo lo que hemos pasado y porque habla del diagnóstico por síntomas, no los casos confirmados por test”, reconoce la coordinadora.

Además, otra médica y paciente con “COVID persistente” destaca la importancia de la aparición de esta definición “ya que estábamos en tierra de nadie”, aunque reclama “respuestas rápidas” con el objetivo de que se trate como una enfermedad real y se busquen las soluciones necesarias para paliar los efectos negativos de esta afección. Del mismo modo, muestra su contrariedad por el uso de la terminación post-COVID en la definición consensuada por los expertos.

“Preferimos llamarlo ‘long COVID o COVID persistente’, porque es una enfermedad que se prolonga y que sigue activa. Al decir ‘post-COVID’ parece que has superado la enfermedad y que has llegado a la curación, pero no es así. Por ejemplo, yo, desde que me contagie, no he tenido un solo día en el que sintiera que estoy 100% recuperada”, señala la paciente.