Ozzie, el gorila macho más viejo del mundo, falleció ayer día 25 de enero a los 61 de edad. Así lo confirmó el Zoo de Atlanta, espacio donde residía el gorila, mediante un comunicado publicado en su página web.

Tal y como menciona el zoológico de la ciudad estadounidense, se desconocen por el momento las causas de su muerte, aunque mencionaron que el pasado 20 de enero recibió asistencia médica por parte de los veterinarios por "una disminución del apetito". En el comunicado explican que el día 24 presentó síntomas de hinchazón facial, debilidad e incapacidad para comer o beber. Además, explican que se le realizará una necropsia.

En palabras del director ejecutivo del Zoo de Atlanta, Raymond B. King, se trata de "una pérdida devastadora" y mostró la "profunda tristeza que sentimos por la pérdida de una leyenda". En el año 2009, Ozzie hizo historia al convertirse en el primer simio del mundo en participar en una lectura voluntaria de la presión arterial.

Superó la COVID-19 el año pasado

Durante el 2021, Ozzie fue uno de los 13 gorilas de este zoológico estadounidense que contrajeron la COVID-19, enfermedad que consiguió superar después de presentar síntomas como tos o secreción nasal, lo que le llevó a permanecer aislado del resto de animales.

Un hecho similar tuvo lugar en otro zoológico en California, en el Parque Zoológico Safari de San Diego, que pudo ser primer caso conocido de transmisión natural del virus en grandes simios. Precisamente, en este Zoo de la localidad californiana cuatro simios fueron los primeros animales vacunados contra el coronavirus.

Los gorilas de tierras bajas occidentales, en peligro "crítico"

Por otra parte, explica el zoológico que este gorila deja un legado con cuatro hijos, una nieta y dos bisnietos que se encuentran en este espacio de Atlanta, además de varios miembros de su familia que se encuentran en zoológicos de Canadá. Ozzie entró en etapa geriátrica a los 40 años.

Los gorilas de tierras bajas occidentales son, actualmente, una especie en peligro crítico. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en África la pérdida de población se debe, entre otras cuestiones, a la pérdida de hábitat, caza furtiva o a las enfermedades emergentes que han provocado la pérdida de población en un 60%.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), éste fenómeno se ha producido en los últimos 25 años y llega a cifrar el descenso en un 90% en otras partes de África Occidental.