En los últimos años, las inmobiliarias españolas han comenzado a dar importancia a las ventas de edificios históricos como los castillos. Estas construcciones son muy costosas, ya que su mantenimiento es complicado, y por ello los propietarios prefieren venderlas a pesar de su valor. Esta situación la han aprovechado algunas administraciones para comprarlos y restaurarlos, aunque sigue habiendo muchos que terminan en ruinas.

Por ejemplo, en el municipio guadalajareño de Cogolludo han puesto a la venta el castillo del pueblo, que data del siglo XI y que puede adquirirse por medio millón de euros. En otro pueblo manchego, la localidad conquense de Cardenete, quieren deshacerse de una fortaleza del año 1.500 aproximadamente.

"Es una buena inversión para turismo o alojamiento rural", explica a RTVE José Miguel Tórtola, sobrino de la propietaria, sobre uno de los símbolos del pueblo. Sin embargo, el ayuntamiento no cuenta con fondos para quedárselo en propiedad, algo que "intentó" hace años, tal y como señala su alcalde, Francisco José Cocera, pero no llegaron "a un acuerdo" con los dueños.

200 castillos en ruinas

Muchas de estas edificaciones terminan abandonadas y, por ende, en ruinas. De hecho, la Asociación Española de Amigos de los Castillos cifran en 200 los que están totalmente derruidos, de los más de 10.000 que hay en España. El motivo no es que no interese su valor histórico, sino que el coste de mantenerlo y restaurarlo es tan grande que pocos pueden hacerle frente. Además, su rentabilidad es una incógnita. Es lo que sucedió con el Castillo de la Estrella de Montiel (Ciudad Real).

El ayuntamiento del municipio ciudadrealeño compró la edificación hace una década junto a cuatro empresarios del pueblo, que quisieron ayudar para adquirirlo. José Luis Valero, presidente de la fundación que lleva el nombre del castillo, señala a RTVE que el motivo de su compra fue que "estaba abandonado y era un patrimonio que se estaba echando a perder".

La Fundación se encuentra restaurando la edificación y en esos trabajos están trabajando futuros arqueólogos profesionales de la Universidad de Castilla La Mancha. "No solo se explota desde el punto de vista turístico, el conocimiento puede llegar a través de otros recursos. Un castillo sin uso es una ruina condenada a desaparecer", concluye David Gallego, codirector del conjunto arqueológico del castillo.