Boris Johnson: "Nadie me dijo que hacer una fiesta iba contra las reglas"
El Premier negó haber mentido sobre la fiesta en Downing Street en mayo de 2020, después de las acusaciones vertidas por su exasesor, Dominic Cummings.
El Primer Ministro británico, Boris Johnson, salió al paso para defenderse de las acusaciones vertidas por el que fuese su asesor hasta noviembre de 2020, Dominic Cummings, acerca de la fiesta celebrada en mayo de 2020
Cummings calificó a Johnson de "mentiroso", por no decir la verdad al Parlamento sobre los festejos celebrados en Downing Street en plena pandemia por coronavirus. Según expresó en su blog el exasesor, el Premier sabía en todo momento que el "encuentro con bebidas" que se celebró por aquel entonces "era ilegal e iba contra las normas". Además, expresó que el funcionario que organizó dicho evento "debió haber sido destituido en verano".
Durante los primeros meses de pandemia en Reino Unido, las restricciones decretadas por el Ejecutivo británico marcaban que estaban prohibidas las reuniones sociales en los primeros meses. Además, solo se permitía la reunión con una única persona no conviviente y se limitaba el número de personas en eventos como funerales y bodas. En los primeros días solo se permitía salir a la calle para trámites estrictamente necesarios.
Ante estas acusaciones, Boris Johnson expresó que nadie le dijo nada sobre si estas reuniones eran ilegales. "Nadie me dijo que estaba en contra de las reglas" argumentó el Premier que, por otro lado, se disculpó por los errores que se cometieron. También mencionó que, de haberlos sabido, en ningún caso hubiese seguido adelante con el festejo.
"Implícitamente, pensé que era un evento de trabajo"
Sobre las razones por las cuales dicha reunión siguió adelante, Johnson pensó que se trataba de una reunión típica en plena jornada laboral. "Implícitamente, pensé que era un evento de trabajo. Recuerdo salir al jardín unos 25 minutos y hablar con el personal. Luego, volví a mi oficina".
La oposición pide su dimisión
Sin embargo, no es la única reunión en la que Boris Johnson fue cazado, ya que salió a la luz otra celebración que se produjo en su domicilio en la víspera del entierro del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y marido de la reina Isabel II.