¿Por qué solemos comer tanto en Navidad y cuál es el origen de la tradición?
La mayoría de las casas llenan sus mesas de comida durante estas fechas, una costumbre que viene de lejos y que muchos cuentos han representado.
Las segundas navidades desde que comenzara la pandemia parecía que iban a ser diferentes hace unos meses, pero el aumento desenfrenado de contagios en las últimas semanas ha obligado a tomar más precauciones de las esperadas hace unas semanas. Aunque apuntaban a ser unas fiestas 'normales', las restricciones implantadas en algunas comunidades y el miedo ante los brotes de COVID han aplazado esa normalidad otro año, a pesar de las vacunas.
Sin embargo, este año ha habido menos restricciones para juntarse con la familia. Esto ha permitido que se proliferen las reuniones con los más allegados y, por ende, las comidas navideñas, donde abundan los platos en la mayoría de casas españolas. Marisco, carnes, embutidos varios, turrones... Escenas típicas de las mesas en estas fechas, donde muchos se ponen las botas. Pero, ¿de dónde procede esta tradición?
La Navidad es la conmemoración del nacimiento de Jesucristo. Según la tradición cristiana, este día debe llevarse a cabo el ayuno y la abstinencia, consumiendo pocos alimentos (donde queda excluida la carne) para llegar a la Misa del Gallo (la noche del 24 de diciembre) con el estómago vacío. No es hasta después de la eucaristía cuando se produce la fiesta y, por ende, las 'comilonas'.
Pescados, verduras y aves, los más tradicionales
En general, lo más típico han sido siempre los pescados y las verduras. A mediados de los 70 comenzó a introducirse en las mesas españoles el marisco, que hasta entonces era demasiado caro para la mayoría de hogares. Otro plato típico es el pavo, tradición desde la Edad Media, cuando estaba extendida la entrega de aves cebadas como método de pago de impuestos a la Iglesia.
El culpable de que la Navidad se visualice como una época de comidas abundantes es de Charles Dickens. Con obras como 'Cuento de Navidad', donde describe al dedillo estas copiosas comidas que llenaban las mesas de la época, incluso las de los ciudadanos con menos recursos. Los Cratchit, una de estas familias, preparaban un menú que incluía ganso asado (para comprarlo ahorraban todo el año), compota de manzana, pudin, puré de patatas, fruta, bebida...
No obstante, hay otros autores que han representado estas comidas navideñas en sus obras. Benito Pérez Galdós, por ejemplo, implantó los pavos y las aves como los alimentos estrella de estas fechas tan señaladas. Aunque no todos coinciden en la elección de los alimentos, lo que está claro es que todos esperamos la llegada de la Navidad por una cosa: las reuniones con familiares y amigos como excusa para comer hasta 'reventar'.