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El impuesto de sucesiones en España por comunidad: ¿en cuál se paga más y en cuál menos?

Las diferencias para el contribuyente a la hora de heredar entre las distintas comunidades autónomas pueden ser de decenas de miles de euros.

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El impuesto de sucesiones en España por comunidad: ¿en cuál se paga más y en cuál menos?

El Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF-CGE) cuenta con un informe del Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2021 en el que presenta las grandes diferencias entre comunidades autónomas a la hora de pagar impuestos. Los datos expuestos en este documento demuestran que vivir en una comunidad o en otra puede suponer un ahorro grande para los bolsillos de muchos españoles.

Hay tributos, como el de patrimonio o sucesiones y donaciones, en los que las autonomías tienen plena competencia. Esto significa que pueden aplicar bonificaciones y donaciones, además de la posibilidad de modificar los tipos, lo que hace que vivir en una comunidad u otra sea más apetecible para según qué personas. Por ello, María Jesús Montero, ministra de Hacienda, elabora un plan para igualar estos impuestos.

Decenas de miles de euros de diferencia

Este es el tributo en el que las diferencias son más grandes. Como el tipo aplicable depende del grado de parentesco con el fallecido, las comunidades que más bonificaciones y deducciones tienen hacen que el contribuyente se pueda ahorrar decenas de miles de euros con respecto a otras autonomías. Por ejemplo, en el caso de descendientes directos, como que un hijo herede de su padre, menores de 21 años hay comunidades en el que se paga una cantidad simbólica (Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco), mientras que en otras como Castilla y León, La Rioja y Aragón no se paga nada si no se supera un límite (400.000 euros en las dos primeras y 3 millones de euros en la última).

En el informe, el REAF-CGE pone un ejemplo para demostrar estas diferencias de contribución: un soltero de 30 años que recibe una herencia de su padre con un valor de 800.000 euros, de los que 200.000 euros corresponden a la vivienda habitual. En este caso, en Asturias el contribuyente debería pagar 103.135 euros para heredar, mientras que en Andalucía, Cantabria y Galicia no abonaría ni un euro. En Castilla y León dejaría 81.000 euros aproximadamente en las arcas estatales, pero en Madrid, Extremadura y Murcia el impuesto no llegaría a los 2.000 euros.

Si la diferencia en el impuesto de sucesiones es grande, la del tributo por donaciones lo es más aún. Si se tratase de una donación de 800.000 euros de un padre a un hijo, en Castilla y León y Extremadura se pagarían 200.122 euros en impuestos, mientras que en Cantabria la bonificación para el contribuyente es del 100%.

Otros impuestos con grandes diferencias

En el caso del impuesto sobre el patrimonio, lo que se grava son las grandes fortunas, un tributo que desde el Gobierno pretenden que se acerque más a una igualdad entre autonomías. A pesar de que la mayoría de países vecinos lo han eliminado, en España se ha decidido que desde este año sea un impuesto de duración indefinida (desde 2011 se iba prorrogando año a año) y se ha subido en un punto el tipo (del 2,5% al 3,5%) para las fortunas de más de 10 millones de euros.

Para este tributo, el mínimo extento estatal es de 700.000 euros, aunque hay comunidades como Aragón (400.000 euros), Cataluña, Extremadura y Comunidad Valenciana (500.000 euros) con un mínimo más bajo. Los tipos en las diferentes autonomías varían desde el 0,2% hasta el 3,5%, siendo Madrid la única con una bonificación del 100% y Extremadura en la que más se paga (3,75%). Por tanto, una renta de cuatro millones de euros no abonaría nada en Madrid, pero tendría que pagar casi 60.000 euros en Extremadura.

En cuanto al impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, que grava las transmisiones inmobiliarias, las diferencias también son muy significativas. Para el caso de un inmueble que no es vivienda habitual, los importes varían entre los 15.000 euros y los 750.000 euros, siendo Madrid y Navarra donde menos se paga y Cantabria, Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana donde más.

Por último, en cuanto al Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas, la competencia está cedida parcialmente a las comunidades. Las rentas bajas y medias pagan más en Cataluña y Navarra, y soportan menor carga fiscal en Madrid y País Vasco. En cuanto a las rentas altas, Navarra y la Comunidad Valenciana son las que más presión fiscal ejercen, mientras que Madrid es siempre la autonomía con el IRPF más bajo para estas rentas.