La erupción del volcán de La Palma cumple dos meses. Los habitantes de la isla llevan conviviendo 61 días con la lava, gases y cenizas que expulsa Cumbre Vieja, además de una serie de terremotos que en ocasiones pueden ser sentidos por la población.

¿Cuándo se apagará el volcán? Los expertos insisten: los volcanes estrombolianos, como el de La Palma, son impredecibles y es realmente difícil conocer la fecha exacta en el que la erupción puede detenerse. En todo caso, hay una serie de parámetros que dan indicios del final de la pesadilla en ‘la isla bonita’.

Sismicidad, tremor y gases

Los parámetros que los vulcanólogos y expertos publican todos los días son los que indicarán si la erupción se detiene o no. Por ejemplo, la sismicidad, es decir, los terremotos que se producen en la isla todos los días, son un gran indicador: una reducción de ellos puede ser un indicio de que la erupción se va apagando. Lo mismo ocurre con el tremor, la vibración del conducto del volcán.

La deformación del volcán debido a la expulsión de lava es otro indicador de que la actividad del volcán va cesando. "Llegará un momento en que no salga nada de material y podremos hablar de que la erupción está finalizando", señala el vulcanólogo Rubén López, que indica que “estamos en parámetros bastante estabilizados”.

Por último, la expulsión de gases como el dióxido de azufre puede ser una gran ayuda para determinar el fin de la erupción de un volcán. En estos momentos Cumbre Vieja expulsa unas 20.000 toneladas diarias de este gas. Según RTVE, este indicador “tiene que bajar a 500 para que podamos hablar del principio del fin”.

¿Cómo se detendrá el volcán?

"Tendrá que ser un consenso entre científicos de qué día podemos determinar que fue el día de la extinción", agrega López. Según RTVE, el volcán no parará de forma progresiva, sino que tendrá “idas y venidas” hasta que un día los niveles “paren en seco”.