El Gobierno de China acaba de hacer público una declaración de intenciones. Ha impuesto restricciones estrictas a la construcción de nuevos rascacielos. Desde ahora, se prohíbe construir torres de apartamentos de más de 500 metros de altura y se restringe también el levantamiento de edificios de más de 250 metros de alto.

Estas prohibiciones son para cualquier ciudad cuya población urbana sea inferior a 3 millones de ciudadanos, según la reciente circular emitida conjuntamente por el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural y el Ministerio de Gestión de Emergencias.

Excepciones para construir rascacielos

Los edificios de más de 250 metros solo pueden construirse bajo estrictas restricciones. Y cualquier edificio residencial de más de 80 metros o edificio público de más de 100 metros debe cumplir con los estándares locales de extinción de incendios, para ser aprobado para la construcción.

También se prohíbe la construcción de rascacielos en barrios históricos, sitios patrimoniales y áreas con mucho tráfico. Aquellos funcionarios que no hagan caso a esta normativa, "tendrán que rendir cuentas de por vida".

Pero mientras el gobierno anuncia estas medidas, a la vez se construyen los edificios más altos del mundo, como el Centro Internacional Shimao Shenzhen-Hong Kong, de hasta 700 metros. El edificio más alto de China ahora es la Torre de Shanghai de 632 metros de altura y el segundo es el Centro Financiero Internacional Pingan en Shenzhen. El récord mundial está en manos del Burj Khalifa de Dubai, de 828 metros de altura.