El volcán de La Palma en Cumbre Vieja rompe la tendencia
El volcán de Cumbre Vieja, activo desde el 19 de septiembre, ha roto su tendencia histórica: desde 1624, las erupciones en La Palma duraban cada vez menos.
La erupción del volcán de La Palma no se detiene. Este lunes, según las declaraciones de Miguel Ángel Morcuende, director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (PEVOLCA), la colada ya había destruido 937 edificaciones y había arrasado más de 640 hectáreas.
Según relata a EFE Carmen Romero, profesora titular de Geografía Física en la Universidad de La Laguna, los expertos creían que el volcán “no iba a ser bueno”, pero está siendo “peor de lo previsto”. Históricamente, las erupciones en La Palma han ido reduciendo su duración de 84 días a 24 desde 1646 a 1971, según 20 minutos.
La erupción del volcán Tajuya en 1585 duró 84 días, la del Tigalate (1646) duró 82, la de San Antonio estuvo expulsando lava durante 66 días entre 1677 y 1678, la de El charco, en 1972, estuvo activa durante 56 días. Las más recientes, las del San Juan (1949) y Teneguía (1971), duraron 42 y 24 respectivamente.
Cumbre Vieja, en contra de la tendencia histórica
Lo que está haciendo Cumbre Vieja “ha sido contradecir una especie de tradición de tendencia”, según indica a EFE Eduardo Martínez de Pisón, catedrático emérito de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid.
Así, las consecuencias de la erupción del volcán de La Palma continúan empeorando. Según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), la cantidad de magma expulsado alcanza los 39,6 millones de metros cúbicos, mientras que los satélites estiman que la cifra se ubica en unos 60 millones de metros cúbicos.
Por otro lado, el delta de lava que se ha formado desde que la colada de lava alcanzó el mar alcanza ya las 34 hectáreas de superficie. El pasado lunes 10 de octubre, 4.522 toneladas diarias de dióxido de azufre y 19.958 de dióxido de carbono fueron expulsadas por el volcán.