El volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, no da tregua. De hecho, desde que el pasado fin de semana se derrumbara parte del cono, “se ha incrementado la actividad efusiva y eruptiva”, tal y como destaca el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) en su última actualización. Así, la lava ha afectado ya a 595 hectáreas debido a su mayor aportación y la gran fluidez de las coladas, tanto las antiguas como las nuevas formadas tras el colapso del cono volcánico.

El director técnico del Plan Especial de Protección Civil ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, señaló el lunes que, actualmente, hay tres coladas activas, todas ellas por la zona de exclusión evacuada desde el inicio de la erupción. Además de la inicial, que llegó al mar y creó el delta lávico o fajana, hay otra más al sur que está sobre la fajana de la erupción de San Juan en 1949 que va hacia el Charcón, y una tercera, más al norte, que tiene una mayor alimentación de lava, lo que ha incrementado los daños en cultivos y edificaciones.

Esta última colada tiene, a su vez, dos ramales, de los que uno avanza hacia la playa del Perdido a un ritmo muy alto. Actualmente, se encuentra a 300 metros del agua, donde podría crear una nueva fajana o unirse a la que ya existe. “No le puedo decir qué probabilidad horaria tiene de llegar. Suponemos que, con el flujo que hay detrás y tal y como se está comportando el centro emisor, lo haga y a no tardar mucho, pero no podemos decir exactamente cuándo”, reconoció Morcuende.

Se levantan los confinamientos

Por su parte, la otra bifurcación de la colada norte originó el lunes un incendio en una fábrica de cementos de la zona industrial del Callejón de la Gata, en Los Llanos de Aridane, provocando emanaciones de gases potencialmente peligrosos. Ante este riesgo, fueron confinadas casi 3.000 personas que residen cerca de la zona este lunes. Unos aislamientos que la dirección del Pevolca ha decidido levantar este martes al mejorar la calidad del aire.

Evacuan vecinos de La Laguna

A pesar de que han levantado los confinamientos, sí que han sido evacuados los vecinos de La Laguna este mediodía debido al avance de la nueva colada de lava por el noroeste tras la rotura de una de sus paredes.

En cumplimiento de lo dictado por el Pevolca, las personas evacuadas deben desalojar sus viviendas entre las 13.00 y las 19.00 horas de este martes 12 de octubre y deben llevar consigo sus pertenencias y animales domésticos para dirigirse al punto de reunión, ubicado en el Campo de Lucha Camino León de Los Llanos de Ariadne. Las personas que durante el día de hoy no puedan realizar la recogida de pertenencias podrán acceder a sus viviendas en días posteriores, pero de forma gradual y acompañadas, siempre que la situación lo permita.

Más allá de las zonas afectadas, la calidad del aire mantiene “razonablemente buena” en las zonas próximas al volcán, según Morcuende, con valores de dióxido de azufre por debajo del umbral de alerta de 500 gramos por metro cúbico (m3), excepto en una medición puntual de madrugada del lunes que alcanzó los 830 y que luego remitió.

Precaución con la ceniza

En cuanto a la ceniza expulsada por el volcán, la columna ha alcanzado una altura de 4.000 metros. Además, las previsiones meteorológicas apuntan a que en los próximos dos días pueden volver los problemas de cenizas y dióxido de azufre (SO2) en la atmósfera insular. El viento desde el oeste y la inversión térmica a unos 1.000 metros pueden empujar las cenizas hacia el interior de la isla y la costa este, afectando de nuevo el aeropuerto.

Pero las cenizas no solo perjudican al tráfico aéreo, sino que también “pueden producir irritación y secreción nasal, dolor de garganta o tos seca”, señala el 112 de Canarias, además de problemas oculares o cutáneos. Asimismo, “afectan más a personas vulnerables”, con lo que recomienda prestar “especial atención” a niños, ancianos, embarazadas y personas con problemas crónicos.

Para evitar todas estas contrariedades, es aconsejable protegerse de la lluvia de cenizas, así como limpiar las casas y calles después. La mejor forma para ello es humedecer “ligeramente” los depósitos de cenizas antes de retirarlos con palas, “cuidando de no mojar demasiado los que estén situados en los techos, para evitar que el sobrepeso los hunda”. Por el contrario, no es recomendable emplear el cepillado el seco ni mangueras.

En cualquier caso, el proceso de limpieza debe hacerse con la protección adecuada, usando gafas, mascarillas FFP2 y guantes. De la misma forma, el Cabildo señala que no hay que tirar la ceniza a los desagües ni a los contenedores de basura convencionales. Tampoco hay que mezclar la ropa que se utilice para limpiar con el resto de prendas.