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La crisis del transporte en Asia amenaza la Navidad

El cierre del tercer puesto más activo del mundo situado en China ha propiciado que muchos de los productos que demandemos en esas fechas sufran retrasos.

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La crisis del transporte en Asia amenaza la Navidad
PUERTO DE BARCELONA - Archivo EUROPA PRESS

La llegada de la COVID-19 al mundo ha propiciado una metamorfosis en el transporte marítimo debido a la gran escasez de barcos y contenedores, y la alta demanda de los consumidores. Principalmente, el cierre del tercer puerto más activo del mundo, Ningbo-Zhoushan situado en China a causa de un positivo por coronavirus ha paralizado las transacciones, provocando que millones de productos sufran demoras en su distribución.

En las últimas semanas, el gigante chino ha provocado un cuello de botella logístico en la distribución de las mercancías, cuyo impacto puede generar en aquello que demandemos para la Navidad no llegue en la fecha indicada debido a la gran cantidad de pedidos demorados. No solo la falta de mecanismos es el problema, también el coste ha aumentado desmesuradamente tras la propagación de la COVID. 

El puerto de Los Ángeles sufre las consecuencias de la paralización generadas por China y se está extendiendo a los Estados Unidos, provocando que más de 65 portacontainers se encuentren atascados en la costa a la espera de ser descargados, y así poder volver a Asia. Además, casi medio de millón de contenedores se encuentran en buques de carga fondeados en la costa de California. Este retraso generalizado provoca que estas embarcaciones tarden más tiempo en volver al país asiático, reduciendo el número de viajes hacia otros puertos de la geografía mundial.

De hecho, Rolf Habben Jansen, CEO de Hapag-Lloyd, afirmó en una entrevista a CNBC que la situación iba a tardar años en volver a la situación de antes. “No existen suficientes buques ni contenedores disponibles para transportar todos los bienes, y por supuesto las tarifas suben. La normalización se producirá en 2022, aunque podría extenderse hasta 2023”.

¿Quién sale perjudicado y beneficiado?

Principalmente, los verdaderos perjudicados son las empresas que no pueden hacer frente a la fuerte demanda navideña. Kasper Rorsted, director ejecutivo de Adidas, se mantiene en esa línea. "No podremos satisfacer plenamente la fuerte demanda en la segunda mitad del año debido a los cierres de los puertos". También, el comercio minorista se ve afectado, ya que lucha por reponer el inventario que no llega, impidiendo la comercialización de los bienes.

Las empresas de navegación que se encargan de distribuir la mercancía están en auge económico, ya que aprovechan la situación actual para inflar los precios de sus tarifas. Por ejemplo, un envió de Shanghái a Róterdam, mayor puerto europeo, rondaba los 2.500 antes de la pandemia. En cambio, este servicio se ha multiplicado por seis, cuya tarifa roza los 15.000 dolares.

Las empresas buscan soluciones

Las empresas buscan soluciones para poder hacer frente a esta crisis del transporte. Hasbro, que fabrica Monopoly y My Little Pony, afirmó que aumentaría el número de transportistas en otros puertos marítimos. También, otras marcas recurren a otros mecanismos, como son el tren o el avión para satisfacer a los consumidores a través de sus bienes de la manera más rapida. Incluso, el cambio de lugar de producción con el objetivo de acortar tiempos en las entregas. Sin embargo, este recurso produce un efecto dominó en los precios de los productos, ya que los bienes se encarecerán notablemente en estas fechas.