Una tortuga marina, de 30 centímetros y 2 kilos, obligó al Aeropuerto Internacional de Narita, situado en Tokio, a cerrar la pista de aterrizaje el pasado viernes por la mañana. El personal de seguridad del espacio aéreo nipón decidió cortar la pista de despegue durante diez minutos para evitar males mayores en trabajadores y pasajeros, y así poder proteger a la tortuga que se encontraba algo desorientada.

Según medios locales japoneses, este hecho provocó que un total de cinco aviones tuvieran que reprogramar su horario de salida. Además, uno de los vuelos afectados de la compañía All Nippon Airways presenta una gran curiosidad, ya que una de las imágenes captada por un pasajero mostraba que el avión tenía la representación de una tortuga en el fuselaje.

Las primeras hipótesis, de por qué el animal se encontraba en una zona poco habitual de su especie, se centran en que la tortuga huyó de un estanque marino que se encuentra próximo al aeropuerto de la capital asiática, y nadie del personal de seguridad se percató de que el animal se encontraba en una de las pistas de aterrizaje del aeropuerto.

Los pasajeros, los principales afectados por este retraso no muy común, se tomaron con filosofía y mucho humor el insólito hecho que estaba pasando. De hecho, muchos de ellos inmortalizaron el momento con las cámaras de sus dispositivos, y que después fueron impregnadas en las redes sociales para hacer eco de este suceso. Posteriormente, una vez rescatada la tortuga, el aeropuerto recuperó su actividad normal.

¿Cuál será el próximo destino de la tortuga?

Las autoridades del Aeropuerto Internacional de Narita centran sus esfuerzos en averiguar la especie de origen del animal y las condiciones óptimas de la misma con el objetivo de devolver al ejemplar marino lo antes posible a su verdadero entorno y hábitat natural.