Sanidad trata de frenar las adicciones: control sobre los opioides más potentes
El Ministerio de Sanidad ha diseñado un plan para controlar el uso de opioides y así, eliminar el aumento de adicciones a estos analgésicos. Te contamos todos los detalles del nuevo Plan.
El Ministerio de Sanidad ha diseñado un plan para controlar el uso de opioides y así, eliminar el aumento de adicciones a estos analgésicos. En especial, al fentanilo de liberación rápida, un nuevo fármaco que elimina el dolor y que es mucho más potente que la morfina.
A pesar de que entró en vigor el pasado 1 de julio, esta medida todavía no ha tenido ninguna trascendencia debido a la pandemia del coronavirus. Un estudio desveló que se ha producido en los dos últimos años un aumento de los casos de adicción a estos fármacos y así, evitar que suceda en España lo mismo que ocurrió en Estados Unidos (cerca de 500.000 personas han muerto por la prescripción descontrolada de estos medicamentos). Por ello, su objetivo es limitar el uso de estos medicamentos solo para pacientes oncológicos con dolores intensos. La fórmula para controlarlo se asemeja al método del visado, ya que todas las recetas prescritas por los médicos serán revisadas por un inspector antes de que el paciente adquirir el medicamento y que este sea financiado por la sanidad pública.
Ana Mínguez, experta en el tema ha señalado en El País que: "Los controles existentes en España hacen imposible que se repita lo ocurrido en Estados Unidos. Hay que mejorar la administración de estos fármacos y el seguimiento de los pacientes, pero también ser conscientes de que los opioides son la única alternativa terapéutica para muchos enfermos. Hay más esperanza de vida y la gente quiere y tiene derecho a vivirla con dignidad. Esto significa hacerlo sin dolor, aunque debe hacerse de forma adecuada para maximizar el beneficio y minimizar el riesgo".
Incremento de adicción
El Plan de optimización de la utilización de analgésicos opioides en el Sistema Nacional de Salud indica que, durante los últimos siete años, ha habido un incremento del 52% en el uso de los denominados opioides mayores (morfina, el fetanilo, la oxicodona y la metadona). Esto no tiene por qué ser algo negativo si se tiene en cuenta que, "con un uso adecuado, se evita el sufrimiento de muchos pacientes", afirman los expertos. En cambio, sí lo es "el creciente consumo de fentanilo de liberación inmediata", lo que ha provocado "una preocupación importante por el uso fuera de las indicaciones autorizadas", según el documento elaborado por Sanidad.
Por otra parte, el informe realizado en 2019 por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes destaca que España es el cuarto país con mayor consumo de fentanilo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), solo por detrás de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido.
Pacientes mayores
Ana Mínguez, que trabaja en la unidad de dolor del Hospital General de Valencia, ha señalado a los compañeros de El País que: "hay pacientes no oncológicos que, con el debido seguimiento, podrían beneficiarse de las presentaciones de fentanilo" que ahora se pretenden limitar, que son administradas por vía nasal y bucal. La experta indica que: "La mayoría de los pacientes que atendemos en la unidad del dolor no son oncológicos, sino personas mayores".
Por otra parte, Juana Sánchez, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) apunta a que los problemas de adicción se deben a un deficiente control en la evolución del enfermo. "Ha habido en algunos casos un mal control de pacientes a los que se prescribía fentanilo de liberación rápida sin hacer un seguimiento adecuado. No son muchos, pero es un problema que existe y que el Plan pretende encauzar".
En cuanto a los visados, la experta se muestra en contra. "Es algo que tiene el riesgo de excluir a pacientes que pueden beneficiarse de estos fármacos. Pero es cierto que hemos visto que la mayoría de casos de adicción están relacionados con el tratamiento no adecuado de fentanilo de liberación rápida en dolores crónicos no oncológicos. Estas presentaciones incrementan mucho la tolerancia que suelen desarrollar los pacientes que toman opioides [la necesidad de tomar dosis cada vez mayores para lograr el mismo efecto] y disparan el riesgo de adicción", asegura.
En definitiva, el objetivo principal del Plan es conseguir que los pacientes tengan un correcto seguimiento para que no caigan en la adicción. Para ello, es necesario "optimizar la prescripción", "concienciar a la población", "mejorar la identificación de los pacientes con trastorno por consumo de opioides", y establecer mecanismos que permitan una mejor vigilancia.