Alemania está viviendo una jornada histórica este domingo. Sus ciudadanos deben elegir a la persona que lidere el país, pero esta vez no tendrán la opción de votar a Angela Merkel. Tras cuatro mandatos y 16 años en el poder, la canciller cesante se retira y dejará paso a una nueva era que promete ser agitada y afectará a gran parte de Europa, con lo que muchos países, España incluida, están pendientes de cómo se están desarrollando las elecciones. Y es que, aunque existe bastante consenso en la mayoría de temas que atañen al continente, hay algunas discrepancias en materia exterior, especialmente sobre la relación con China, y en cuestiones de la gobernanza económica y las reformas del futuro para la Eurozona.

Como indica en El Confidencial Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano, es complicado saber con certeza qué resultado beneficiará a España, pues depende de qué elementos se consideren más importantes: “Ahí hay una brecha ideológica. En general, la gente de izquierda preferirá una Alemania más social,centrada en cuestiones de desigualdad, brecha digital y que favorezca una mayor convergencia en Europa. En cambio, la gente de derecha priorizará una Alemania que favorezca el papel del mercado, la disciplina fiscal y que promueva la adopción de reformas estructurales en países como España”.

¿Más inversión o vuelta a la austeridad?

Uno de los temas que más preocupa es el económico. La gran coalición entre Merkel y el candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, al frente de las Finanzas, ha posibilitado los fondos de recuperación y la emisión de deuda conjunta. Sin embargo, lo que suceda a partir del domingo será un misterio. Si los resultados permiten una coalición similar, el camino puede seguir encauzado en la misma dirección. Pero esto resulta complicado, con lo que podría surgir un nuevo rumbo.

Si, como dicen las encuestas, el ganador es el candidato socialdemócrata del SPD o el de la CDU, Armin Laschet, podría suponer mayor continuidad con lo que conocemos hasta el momento. Aunque si pacta con el FDP, el partido liberal, y su líder, Christian Lindner, adquiere relevancia en la política económica, tendrá consecuencias para España, ya que comparte la filosofía ordoliberal de la contención presupuestaria, la austeridad y la desconfianza en los países del sur.

No obstante, lo más factible parece la “coalición semáforo”, que reuniría a los socialdemócratas, el FDP y Los Verdes. “Esta coalición podría conducir a una mayor integración europea que antes, pero también a una postura fiscal más relajada (Verdes) y a algunas políticas proempresariales (FDP)”, señala François Rimeu, estratega senior de La Française AM. En cambio, un tripartito liderado por la CDU/CSU, aunque incluyera a los Verdes podría respaldar al FDP con sus posturas, algo que, según Rimeu, “sería decepcionante para la integración europea”.

También existe un importante debate sobre la creación de un mecanismo común europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés) que lleva años estancado. Los Verdes no han mostrado su postura en este tema, pero sí el resto de partidos: la CDU y el FDP se oponen, mientras los socialistas lo incluyen en su programa como una de sus principales promesas económicas. Estos último también han lanzado una propuesta que Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, ha reiterado en las reuniones de ministros de Finanzas: la creación de un mecanismo europeo permanente de reaseguro por desempleo, lo que el SPD considera un “estabilizador automático” imprescindible.

Reformas fiscales

En el plano fiscal, los dos partidos que encajan mejor con la hoja de ruta del Gobierno español son los socialdemócratas, que apuestan por hacer un Pacto “más sostenible” y con un tono más moderado, y los ecologistas de Grünen, que abogan por una “reforma” de las normas fiscales. En cambio, la CDU apuesta por “reforzar y desarrollar” las normas fiscales y el FDP propone “reformar” el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pero para que haya un “endurecimiento de las sanciones para aquellos países que violan persistentemente los principios de la gestión del presupuesto público”.

En este caso, también es más oportuna la coalición semáforo. “Es muy probable que conduzca a una mayor inversión pública en infraestructuras y potencialmente a un cambio hacia una fiscalidad más progresiva.El FDP probablemente se opondría a los intentos de suavizar las duras normas fiscales alemanas, pero podría tener que ceder para participar en el próximo Gobierno”, analiza Azad Zangana, economista y estratega europeo senior de Schroders

Por su parte, José Manuel Amor, socio director del área de Análisis Económico de Afi, destaca que, aunque la coalición entre SPD y Verdes podría llevar a políticas fiscales más inteligentes, la presencia del FDP frenaría el cambio. “En ese sentido, una coalición de izquierdas con SPD, Verdes y Die Linke sería más expansiva y eso sería positivo desde el punto de vista de los diferenciales de deuda periférica y quizás también para el euro. También podría ser favorable para una mayor integración europea”, apunta. Parece complicado que se cree esta combinación, pero las diferencias entre los verdes y el FDP podrían ayudar a que ocurra.