ACTUALIDAD

Malpaís: así será el inhabitable terreno que dejará el volcán

Cuando la lava se enfríe dejará una superficie árida y rocosa que será de muy difícil acceso, con lo que no se podrá edificar o cultivar en muchos años.

0
Malpaís: así será el inhabitable terreno que dejará el volcán
DESIREE MARTIN AFP

La erupción volcánica producida el pasado domingo en Cumbre Vieja afecta ya a 220 hectáreas, con un perímetro de 15,7 kilómetros, en las que la lava ha arrasado con todo lo que se encontraba por el camino, incluidas unas 300 viviendas. Este jueves, una de las dos lenguas de lava se detuvo, mientras que la otra “sigue su avance, pero mucho más lento que anteriormente”, a unos 4 metros por hora, anunció en rueda de prensa María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Además, tiene 12 metros en su punto más alto y 500 de ancho. Unas dimensiones que, según Blanco, explican la lentitud del avance.

Cuando finalmente la erupción se detenga y la lava se enfríe y solidifique, un proceso que puede tardar años, quedará un terreno prácticamente inhabitable llamado malpaís, “donde lo único fácil es romperse una pierna”, señala en NIUS José Fernández, profesor de investigación del CSIC. Los colonos españoles en el suroeste de Estados Unidos fueron quienes acuñaron este término, relacionado con un suelo árido, repleto de rocas poco erosionadas y muy difícil de atravesar. Así, gran parte de la extensión afectada por la lava estará cubierta de rocas negras con nuevas montañas y será improductiva, con lo que no se podrá construir ni cultivar durante muchos años.

¿Cuánto tarda la lava en enfriarse?

En cualquier caso, ante de pensar en realizar cualquier actividad sobre el terreno, habrá que esperar que la lava se enfríe, y no es algo que suceda en cuestión de días. “Tardará meses o años en enfriarse completamente. Depende de su espesor”, que es “muy variable”, aclara en ABC Pablo J. González, geofísico volcánico del CSIC. Puede alcanzar los 30 o 40 metros si hay depresiones topográficas, e incluso más si cubre un barranco profundo. Y, por poner un ejemplo, un espesor de 20 a 30 metros podría tardar en enfriarse completamente entre dos y seis años.

“La lava es emitida aproximadamente a 1.100ºC y comienza a solidificarse cuando baja de 1.000ºC. Esto forma un caparazón sólido que es capaz de aislar térmicamente el interior”, añade el experto.

¿Qué pasa después?

Una vez la lava esté totalmente enfriada y solidificada quedará este malpaís, “una costra de lava fragmentada muy irregular y agreste, por la que es difícil caminar”, especifica José María Cebriá, investigador del Instituto de Geociencias (IGEO). Unos metros más abajo, habrá una capa basáltica muy dura. Por debajo de la colada, están los almagres, suelos que han quedado cocidos que tardarán cientos de años en ser productivos de nuevo.

“Realmente será muy difícil que los terrenos ocupados por la colada puedan ser edificables”, afirma Cebriá, que vaticina el mismo futuro para las actividades agrícolas. “Los únicos terrenos que se pueden aprovechar son los cubiertos por el material piroclástico más fino o cubriendo el malpaís con tierra traída de otro lugar. Aun así, eso puede llevar también mucho tiempo y no estoy seguro de que compense económicamente. Será más fácil ir a otro lugar más accesible. Eso es algo que deberán sopesar las autoridades y los propios agricultores”, reflexiona.

José Fernández señala también que edificar en este tipo de terrenos es “muchísimo más caro”, con lo que coincide en la idea de que “se van a tener que reubicar viviendas, colegios y barrios enteros”.

También habrá tierras favorecidas por la erupción

En el otro lado de la historia, las tierras de cultivo que se han salvado de la lava y han sido regadas con cenizas se verán beneficiadas, pues serán más fértiles y ricas. “Es una paradoja, pero la ceniza volcánica es un gran abono”, comenta Jesús Ibáñez, catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Granada.

Asimismo, Ana María Alonso, directora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), asegura que se “generará un patrimonio geológico nuevo que hay que cuidar”. De esta forma, como ya planteó la ministra Reyes Maroto, se podrá dar un uso turístico a la zona a medio plazo. “Lo más probable es que se convierta en un atractivo turístico y al menos parte de las coladas y el cono volcánico se protejan desde un punto de vista medioambiental, como sucede con la mayoría del resto de volcanes recientes de Canarias”, concluye Cebriá.