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Los siete peligros de la erupción volcánica de La Palma

En general se distinguen siete peligros volcánicos principales: coladas de lava, caída de cenizas, flujos piroclásticos, emanaciones de gases, lahares, deslizamientos de ladera y tsunamis.

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volcan la palma
NACHO DOCE REUTERS

La erupción del volcán de La Palma el pasado domingo ha abierto un abanico de posibilidades que pueden afectar en mayor o menor medida, y llegar a ser un peligro real para la población. El Instituto Geográfico Naciona, IGN, distingue siete peligros principales.

Desde las coladas de lava, caída de cenizas, flujos piroclásticos, emanaciones de gases, lahares, deslizamientos de ladera hasta los tsunamis. Se cree que las dos últimas víctimas en 1971 por el volcán Teneguía, un fotógrafo y un vecino de la zona, lo fueron por inhalación de gases tóxicos.

Los siete peligros de la erupción volcánica de La Palma

Coladas de lava

“Si el magma es emitido a la superficie como un líquido, la erupción se denomina efusiva y su principal peligro volcánico asociado son las coladas de lava”, afirma el IGN. “El camino que seguirá una colada de lava y su velocidad dependen fundamentalmente de la topografía, de las propiedades físicas de la lava (especialmente de la viscosidad) y del ritmo de emisión”. La lava, además, nos dará las claves aproximadas de cuánto durará la erupción, permite hacer una estimación además del volumen de lava expulsada.

En general las lavas muy fluidas ocupan grandes extensiones con poco espesor, mientras que las lavas más viscosas son de mayor altura y recorren distancias menores. Al irse enfriando la colada, su viscosidad aumenta rápidamente y su velocidad disminuye. Si el magma es muy viscoso y es emitido lentamente, no es capaz de formar coladas de lava y se acumula alrededor del centro de emisión.

Cenizas

Ya avisó el Cabildo de La Palma, que la población retirara rápidamente la ceniza de los tejados, de manera suave, y que no echara agua. “Los fragmentos más grandes siguen trayectorias balísticas desde el centro de emisión, denominándose bombas volcánicas. Generalmente su alcance se limita a unos pocos kilómetros del centro de emisión. El resto de las partículas son arrastradas hacia arriba por los gases volcánicos generando una pluma volcánica. Puede alcanzar alturas de varias decenas de kilómetros. Las cenizas pueden cubrir áreas enormes, de miles de kilómetros cuadrados, generando depósitos de espesores desde centímetros hasta metros, dependiendo de la distancia al centro de emisión”, añade el IGN.

La lava va avanzando centímetros cada hora.

Flujos piroclásticos

“Son una mezcla de gases y partículas sólidas a muy alta temperatura (hasta unos 700ºC) que se desplazan a grandes velocidades (hasta unos 550 km/h) denominados coladas piroclásticas”, destacan.

Gases

“Los gases pueden escaparse por pequeñas fracturas o fisuras del edificio volcánico y alrededores, de forma más o menos continua, dando lugar a lo que se denomina como fumarolas. Algunos gases como el dióxido de carbono pueden escapar por difusión a través del suelo en extensas áreas alrededor del edificio y generar una nube que se mueve a la altura de unos pocos centímetros del suelo, de acuerdo con la topografía, hasta que se diluyen en la atmósfera”.

Flujos de lodo

“Los lahares o flujos de lodos son avalanchas de material volcánico no consolidado, especialmente cenizas, movilizadas por agua. Su comportamiento es similar a las riadas, canalizándose por los barrancos e incorporando rocas, troncos,… etc., lo que aumenta su poder destructivo. Los lahares pueden producirse sin erupción”.

Deslizamientos de ladera

El deslizamiento de una ladera volcánica puede disparar una erupción u ocurrir como consecuencia de ella. La explosión del magma, el paso de la lava, la mezcla de materiales duros y blandos, pueden hacer que colapse la ladera y la estructura caiga.

Tsunamis

Pueden ser un peligro secundario generado por otro peligro volcánico, bien por un deslizamiento de ladera de un gran edificio volcánico, por grandes flujos piroclásticos masivos que entran en contacto con una masa de agua, generalmente el mar o por una erupción submarina. Pueden alcanzar alturas de varios metros y penetrar distancias de decenas de metros desde la orilla del mar o del lago”.