La historia de Adidas es la historia de dos hermanos alemanes de la localidad de Herzogenaurach, una ciudad de Baviera donde crearon en 1920 la Fábrica de Zapatos Hermanos Dassler, conocida como GEDA. Los hermanos Adolf y Rudolf Dassler tuvieron un gran éxito.

Apasionados del deporte, consiguieron que hasta Jesse Owens probara sus deportivas y les diera fama mundial. Pero la Segunda Guerra Mundial lo cambió todo, no sólo ambos tuvieron ideas diferentes del negocio, sino que la situación en el país les afectó tanto que se hizo insostenible como hermanos.

Adolf, más conocido como Adi, creó Adidas y su hermano creó Puma. Adolf se quedó en su ciudad mientras los nazis convertían su fábrica deportiva en un taller de cuero. Rudolf fue enviado al frente, donde fue encarcelado. A partir de 1945 nunca pudieron recuperar su relación, ambos se acusaban de apoyar al régimen de Hitler. En 1948 repartieron la empresa, incluso los trabajadores fueron enviados a cada empresa. Los dos se quedaron en la ciudad y trabajaron a menos de 500 metros.

El origen de las tres bandas

En 1947, un año antes de que Adolf Dassler fundara en Alemania la marca Adidas, Karhu comenzó a vender zapatillas deportivas con tres tiras a los lados. Durante un tiempo convivieron, sobre todo para hacer daño a Puma, pero finalmente adidas les propuso a los dueños de Karhu comprarles legalmente el uso de las tres tiras. Los finlandeses, aceptaron venderle a Adidas estos derechos por unos 1.600 euros de la actualidad. Y también dos botellas de whisky. Su marca tenía ya más potencia que un simple logo. Una visión de marketing total y que ha llegado hasta hoy.

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Evolución de Adidas

La década de los ’50 supuso un gran boom a nivel mundial tanto en tecnología como en innovación. En esta década nació el modelo Samba, una zapatilla que todavía hoy es una favorita en el fútbol sala por su agilidad y velocidad, y un icono de la moda urbana.

Los cincuenta también vieron el desarrollo de una zapatilla de velocidad que batió récords y el nacimiento de la primera bota de fútbol diseñada con una plantilla de nailon, lo que supuso un cambio radical e inmediato en el ajuste y la sensación. Esta década también sirvió para establecer una base sólida para posteriores creaciones, como la zapatilla de baloncesto y training Allround, que se convirtió en un icono en los años 80. Aquellos años fueron revolucionarios: cambiaron el panorama de lo que los atletas y deportistas calzaban para rendir al máximo, aunque para adidas solo era el principio.

En los años 60 adidas desarrolló la primera zapatilla específica de running y la zapatilla de atletismo Azteca Gold para los Juegos Olímpicos de México, que aportaba a los atletas ventaja competitiva. También en los ‘60 aparecieron modelos que se convertirían en clásicos de la moda urbana como el emblemático chándal de Adidas. La mítica adidas Samba accedería al rango de los clásicos de culto.

En los ’70 Adidas creó el Telstar, el primer balón de fútbol oficial de la Copa Mundial, hasta la primera edición de la mítica adidas Superstar. También se creó la Adilette, la chancla más famosa del mundo, y la emblemática zapatilla de tenis blanca que lleva el nombre de Stan Smith. Y ya crearon un modelo para correr con poca visibilidad, la Nite Jogger con nuevos materiales para correr en la oscuridad.

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En 1983 se presentó la Adidas Copa Mundial, que se convirtió en la bota de fútbol de tacos más vendida y un icono en el terreno de juego. La zapatilla Hércules inspiró toda una revolución en la industria de la música y los elementos de amortiguación de los años 80 inspirarían zapatillas posteriores como la adidas NMD.

En los ’90, para la maratón de Boston, adidas desarrolló la emblemática chaqueta EQT Volunteer en blanco y turquesa, presentaba el nuevo logo de las tres bandas que se convirtió en el actual Badge of Sport. En 1994 la Predator Cup fue una auténtica revolución en el calzado de fútbol.

El siglo XXI llegó diferente. Llegaron la Predator Precision SG personalizada para David Beckham y la Adizero Adios Neftenga con la que Haile Gebrselassie estableció un récord mundial de maratón. La Supernova Cushion M se convirtió en la zapatilla de running por excelencia de los años 2000 y en la actualidad ha recuperado su popularidad gracias a la moda de las zapatillas chunky.

adidas entró también en el mundo de la natación de alto rendimiento con la tecnología punta creada para que Ian Thorpe redujera su resistencia en el agua. También fue la década de las colaboraciones, con Yohji Yamamoto y el lanzamiento de la YY MEI Brocade, que sentó las bases para la posterior colaboración Y-3, y Stella McCartney y su línea de ropa deportiva de diseño que continúa hasta hoy.

En 2010, llegó el momento de la sostenibilidad. La unión con Parley, una organización para la conservación de los océanos, para desarrollar ropa y zapatillas confeccionadas con plástico rescatado de los mares, un movimiento que buscaba dejar de producir desperdicios reutilizando el plástico y otros residuos que ya están contaminando el planeta.

Adidas vs Nike

Se reparten entre ambas marcas el 43% del pastel del mercado, a razón del 27,4% Nike, y el 15,3% Adidas. La rivalidad es una cuestión de números. En España factura más Adidas, aunque en su Alemania, Nike ya supera a Adidas. Según datos del gigante estadounidense del segundo semestre del 2019, la marca es número uno en ciudades clave como Barcelona, Londres, París, Berlín y Milán. Patrocinios deportivos, patrocinios de grandes figuras, asociación con figuras de la música, estilo de vida, publicidad… el mercado es grande pero el dinero no tanto.

Aún recuerda el grupo de hiphop Run DMC el concierto en el Madison Square Garden donde en 1986 pidieron al público que mostraran sus zapatillas con las tres bandas, y tras el concierto la marca les firmó un contrato de un millón de dólares. 

Adidas hoy

Adidas emplea en la actualidad a más de 60.000 personas en todo el mundo y, para penetrar en el mercado de Estados Unidos, acabó comprando Reebok en 2006. Su sede central sigue en Alemania aunque ya no está en manos de accionistas alemanes. Factura más 15.000 millones de dólares al año.