Llegar a fin de mes puede ser una verdadera obra de ingeniería. Las matemáticas no fallan, y organizarse para que cuadre el salario, el alquiler, el consumo, el ocio... no es fácil. Pero hay una regla matemática que te puede servir de guía.

Es la regla del 28/36. Estipula que para que una casa se considere dentro de tu presupuesto, los gastos de la vivienda (como pagos de hipoteca, impuestos, pagos de seguros) no deben exceder el 28% de tu ingreso bruto mensual.

La deuda total (incluidas las tarjetas de crédito, préstamos o los pagos del coches), no debe exceder el 36% de tus ingresos brutos mensuales. En este sentido, ten en cuenta que si vives en pareja o tienes hijos, debes incluir los gastos de colegio, libros, material escolar, uniformes, zapatillas…

El tope máximo de gasto

El coste de la vivienda y el resto de las deudas nunca deben sobrepasar el 64% de los ingresos brutos. Una medida para vivir cómodamente, razonablemente seguro de que cualquier cosa que pase en casa no es un cisma económico y puedas incluso ahorrar algo a fin de mes. Una tarea que no siempre es fácil.

Si las cuentas no salen, es posible que esa casa no sea adecuada a tu presupuesto y debas buscar un lugar más barato, para poder intentar vivir tranquilamente y que cualquier imprevisto no te haga pasar serios apuros