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El inesperado origen del asteroide que acabó con los dinosaurios

Un equipo de investigadores del Southwest Research Institute asegura que el meteorito proviene "de la mitad exterior del cinturón de asteroides principal".

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El inesperado origen del asteroide que acabó con los dinosaurios
Chase Stone EFE

Hace alrededor de 66 millones de años, un meteorito de unos 10 kilómetros de diámetro impactó contra la Tierra, provocando la extinción del 75% de las especies, incluidos los dinosaurios. Concretamente, el asteroide cayó en la península de Yucatán, en México, y formó el cráter Chicxulub, que tiene más de 180 kilómetros de diámetro y casi 20 de profundidad.

A lo largo de la historia, los científicos han tratado de averiguar más información sobre este acontecimiento, planteando principalmente dos preguntas: ¿De dónde procede el asteroide y con qué frecuencia habían ocurrido eventos de tal impacto previamente? Debido a las numerosas investigaciones que se han producido, han surgido diversas teorías, la última de ellas planteada por un equipo de expertos del Southwest Research Institute, una de las mayores organizaciones de Investigación y Desarrollo de los Estados Unidos.

El origen sería el cinturón de asteroides principal

Estos científicos plantean la posibilidad de que el “impactador” proceda de “la mitad exterior del cinturón de asteroides principal”. Un hallazgo que les sorprendió porque, tal y como explican en un comunicado, se trata de “una región que se pensaba que producía pocos impactadores”. Sin embargo, han podido demostrar que “los procesos que envían grandes asteroides a la Tierra desde esa región ocurren al menos 10 veces más frecuentemente de lo que se pensaba anteriormente y que la composición de estos cuerpos coincide con lo que sabemos sobre el meteorito que mató a los dinosaurios”.

En esta línea, tras examinar muestras de rocas de 66 millones de años de antigüedad encontradas en la Tierra y dentro de los núcleos de perforación, los investigadores observaron que “el impactador era similar a la clase de meteoritos condrita carbonosa, algunos de los materiales más prístinos del sistema solar”. “Curiosamente, mientras que las condritas carbonáceas son comunes entre los muchos cuerpos de una milla de ancho que se acercan a la Tierra. Hoy en día, ninguna está cerca de los tamaños necesarios para producir el impacto de Chicxulub con algún tipo de probabilidad razonable”, añaden.

Después, David Nesvorny, autor principal de un artículo que describe la investigación, explica que comenzaron a buscar “buscar podrían estar escondidos los hermanos del impactador Chicxulub”. Para ello, usaron modelos informáticos capaces de rastrear cómo los objetos escapan del cinturón de asteroides principal, un área que se ubica entre las órbitas de Marte y Júpiter. Con la supercomputadora Pleaides de la NASA, el equipo pudo seguir 130.000 modelos de asteroides que evolucionaron de manera lenta y constante durante cientos de millones de años, prestando especial atención a los ubicados en la mitad exterior de dicho cinturón.

Así se dieron cuenta de que los asteroides de esta región golpean la Tierra con una frecuencia 10 veces superior a la que pensaban. “Este resultado es intrigante no solo porque la mitad exterior del cinturón de asteroides alberga una gran cantidad de impactadores de condrita carbonosa, sino también porque las simulaciones del equipo pueden, por primera vez, reproducir las órbitas de grandes asteroides a punto de acercarse a la Tierra”, señala el coautor de la investigación, el doctor Simone Marchi.

Un impacto cada 250 millones de años

El hallazgo más destacado de la investigación es que “los asteroides de seis millas de ancho golpean la Tierra una vez cada 250 millones de años en promedio”, una escala que concuerda con lo ocurrido hace 66 millones de años. “Este trabajo nos ayudará a comprender mejor la naturaleza del impacto de Chicxulub, al mismo tiempo que nos dice dónde podrían haberse originado otros grandes impactadores del pasado profundo de la Tierra”, concluye Nesvorný.