La tristeza y la ira se han apoderado de Grecia por la muerte de Kostis, una foca monje que se convirtió en mascota de la isla de Alónnisos, en el mar Egeo, después de ser encontrada moribunda en 2018. El animal fue “asesinado deliberadamente”, según la organización MOm, a causa de un disparo de arpón realizado “a corta distancia” por un pescador aficionado que aún no ha sido identificado. Las autoridades griegas ya han lanzado una orden de búsqueda y captura para el culpable. “El autor obviamente no tendrá el más mínimo coraje para dar la cara y admitir su acto idiota”, reza la publicación de la institución no gubernamental.

Kostis recibió su nombre en homenaje al pescador que le salvó la vida cuando el ciclón Zorbas golpeó Grecia en 2018, cuando el animal apenas tenía dos meses y pesaba 13 kilogramos. Después de ser rescatarlo, el hombre lo llevó a un centro de primeros auxilios para que le atendiera. Una vez recuperado, vivió en el parque marino constituido por las islas de Alónnisos y Espóradas, la mayor área protegida de ese tipo en Europa.

Durante todo este tiempo, demostró ser muy sociable, recostándose constantemente sobre los barcos en forma de pose para las fotos. Con este entrañable comportamiento, se ganó el cariño de todas las personas que se encontraban con él. Por ello, su muerte ha creado una profunda conmoción y un tremendo enfado. “No merecemos este planeta. Echamos a perder toda la belleza”, escribió un usuario de Facebook en respuesta a la noticia.

Especie el peligro de extinción

Las focas monje del Mediterráneo están consideradas como especie en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la mayoría de su población habita actualmente en Grecia, Chipre y Turquía. Suelen reproducirse en cuevas de la bahía de Gökova, una parte del mar Egeo que se encuentra frente a la costa suroeste de Turquía. De hecho, más de 300 kilómetros cuadrados de estas costas están protegidas por su hábitat marino. Históricamente, especie animal llegó a las playas mediterráneas para reproducirse, pero tuvo que trasladarse a estos hábitats más apartados debido a la abundante presencia humana, la persecución y la depredación.

En cuanto a la alimentación, suelen buscar su comida especialmente en aguas someras y a no mucha profundidad. Su dieta se compone básicamente de peces y moluscos, sobre todo pulpos, rayas y algún crustáceo. En alguna ocasión se han observado también restos de tortuga boba (Caretta caretta) en el estómago de alguna foca fallecida.